El tiempo corre en tiempos electorales y si bien algunos detalles faltan (cómo el espacio que da a la Costanera) en líneas generales se revalorizó un espacio que funciona como nexo entre el centro y Cofico, un área neuralgia.
Se recuperó la fontana original, que integraba el parque desde su inauguración en 1889 hasta que fue vandalizada y enterrada en la década del 70.
Como parte de las obras de puesta en valor del sitio, la Municipalidad de Córdoba terminó la construcción de la nueva fontana, que recupera las cuatro esculturas sobrevivientes que adornaban el recinto de agua histórico.
Está levantada en el mismo lugar y posee un estanque de hormigón de 19 metros de diámetro y 70 centímetros de alto. En su espacio interior se emplazan las cuatro figuras femeninas, alegorías del progreso del siglo XIX: la ciencia, la industria, la agricultura y el comercio.
Las 4 alegorías fueron elaboradas con hierro fundido cuyo diseño formaba parte del catálogo de la firma francesa Val d’Osne, publicado en 1867. Son piezas procedentes del mismo taller donde fabricaron las esculturas situadas en la plaza Colón y el Paseo Sobremonte.
El diseño actual incluye chorros de agua iluminados entre las esculturas, sumados a un flujo central de gran altura, a modo de alzada. El borde de la fuente está delineado con tiras de LED y genera una cascada con agua que luego, es bombeada para reutilizar el líquido.
Originalmente, los espacios verdes en la ciudad se erigieron como símbolo de modernidad acorde a la impronta parisina que reinaba en el mundo: lugares abiertos para el esparcimiento y la socialización, para la buena salud de los habitantes y del ambiente.
Pensado como espacio de contemplación, el sector dispone también de bancos de madera y estructura de metal, rodeado de una parquización con arbustivas y luminarias LED, similares a las utilizadas en el resto de la obra.