Una ciudad limpia (también de publicidad).
Pese a su tráfico infernal y sus bolsones de pobreza (con favelas incluso pegadas a importantes hoteles u edificios), San Pablo y sus 12 millones de habitantes (que trepan a 20 millones con el Gran San Pablo) es una ciudad bastante limpia. Claro que a esa sensación contribuye mucho que hace un año la intendencia inició una profunda limpieza de los carteles de vía pública que “ensuciaban” visualmente las grandes avenidas.