Baron B también realiza una convocatoria similar en Buenos Aires, el Prix Baron B y son sus principales herramientas de marketing cara a cara con noches memorables para sus asistentes como el Club House del Golf de Mar del Plata, la Cava de Huentala Hotel en Mendoza, el Hipódromo de Rosario entre otras locaciones.
Este viernes 25 de octubre, los asistentes volverá a ser agasajados por un menú a cargo de Roal Zuzulich y todos convocados bajo el código de vestimenta “dress to impress”.
“A lo largo de esa noche con aires franceses, los invitados descubrirán el legado del barón Bertrand de Ladoucette: un mundo elegante, misterioso y vibrante”, explican desde la marca de Moët Hennessy.
La música estará a cargo del DJ Pabels, quien vendrá especialmente desde Bs As para hacer bailar a todos con un DJ Set que será secreto.
Entre la austeridad mendocina y la sofisticación francesa
Baron B es el resultado de la visión de su creador: el Barón Bertrand de Ladoucette. Este aristócrata francés nació hace 100 años en el seno de una familia del Valle del Loire, zona vitivinícola por excelencia.
De niño se movía en las esferas de las familias más tradicionales de la zona, y su infancia transcurrió entre los majestuosos castillos de la región. Estuvo vinculado al mundo del vino desde siempre, ya que desde 1787 su familia producía el magnífico Pouilly Fumé, todavía hoy uno de los blancos de mayor renombre de su país.
Fue en 1959 cuando comenzó su proyecto visionario en Mendoza, convencido de que en esas tierras iba a poder elaborar espumantes de excelente calidad, con el “savoir-faire” de los mejores champagnes franceses. Su espíritu pionero lo llevó a luchar por alcanzar “la mejor calidad de todas” en un desierto de condiciones adversas. Hombre apasionado y de firmes convicciones, su vida fluctuó entre la austeridad mendocina y la sofisticación francesa.
Se rodeó de colaboradores que alentaron su emprendimiento y lo acompañaron en la aventura. Para todos ellos fue un ejemplo de sapiencia, tesón y humildad. La búsqueda de la perfección y la excelencia lo hicieron imaginar un producto basado en la calidad superior del “terroir” de origen, contenido en una botella novedosa y elegante, con una etiqueta diseñada con su sello personal.