"El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca", decía Immanuel Kant.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, le hizo honor a esta frase, ya que el mes pasado había descartado que la Argentina pueda atravesar un atraso en el tipo de cambio oficial, mientras apenas ahora dice que van a retrasar el dólar para contener la inflación y, lo que no dijo, así tratar de no perder las elecciones de octubre.
"Desacelerar el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial es una política limitada, porque el Gobierno tiene el objetivo de no retrasar el tipo de cambio. El riesgo en este caso es que, si el tipo de cambio oficial se atrasase, podría aumentar la percepción de la necesidad de un ajuste cambiario discreto en el futuro", alertaron desde Quantum, la consultora dirigida por Daniel Marx.
Desde Delphos Investment coincidió con esta óptica: "La dinámica inflacionaria está poniendo rápidamente bajo presión el objetivo inflacionario del Gobierno para este año y obliga a recurrir a nuevas anclas como el tipo de cambio. En este contexto, la posibilidad de aumentos en las tarifas es muy incierta a medida que nos acercamos a las elecciones".
Un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, firmado por Guadalupe Gonzalez y Jorge Vasconcelos, va en este sentido: "La aceleración de la inflación tiende a contraer el consumo y complicar la performance electoral del oficialismo de turno, tal como ocurrió en 2019: en aquel año el consumo cayó 6,6% anual con una tasa de inflación promedio de 3,6% mensual".
"Estos antecedentes explican la preocupación del Gobierno por la marcha de la inflación y su intención de encorsetar esta variable en el 29% anual, junto con el reciente anuncio de una pauta cambiaria de 25% para el 2021".
Desde GMA Capital señalaron que, mientras que la inflación que no da tregua en los albores de 2021, "el Gobierno dio recientemente señales de que su target está en las elecciones de agosto y octubre. Entre ellas, quizás la más destacada fue la ratificación de que el dólar, una poderosa ancla nominal, se movería un 25% durante este año, tal como lo estipula el Presupuesto, pero lejos del 50% que se espera de inflación en el mercado".
Agregan que, con esta promesa de atraso cambiario, "hubo un cambio de timón en el atractivo de los activos que seguían de cerca el crawling peg. Los grandes perdedores fueron los futuros de dólar y los bonos dollar-linked, mientras que bonos en pesos a tasa fija e indexados se llevaron los premios".
"La coordinación de precios y salarios que se propone el Gobierno es una iniciativa constructiva, pero con efectos difusos en el tiempo. En conjunto las medidas conocidas intentan reforzar las posibilidades electorales del Gobierno en un entorno de recuperación de la economía, pero también de mayor inercia inflacionaria", completan desde Delphos.