Aunque no desconoce el impacto del coronavirus en la economía, el Gobierno se entusiasma con una recuperación fuerte y rápida luego de la pandemia. Pero los motores del crecimiento serán los mismos de siempre: obra pública y producción agropecuaria, en gran medida con vistas a los mercados externos.
A éstos se sumaría la industria de alimentos y bebidas, una de las que resultó menos golpeada por el impacto económico de la emergencia sanitaria. Para ello, serán clave algunos mercados asiáticos, especialmente China para soja y derivados, así como carne vacuna, además de Vietnam e India, mientras que para los productos industrializados habrá que esperar que repunte el consumo interno.
El cuarto caballo de esta cuadriga será el sector energético, si finalmente el mundo se encamina a superar la pandemia de coronavirus y los precios internacionales del crudo se recuperan, dinamizando nuevamente las inversiones en Vaca Muerta.
La vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, señaló días pasados en declaraciones radiales que espera que "la recuperación económica sea rápida y buena, lo que va depender de que podamos identificar exactamente las actividades que van a empujar esa recuperación, y en ello el sector público tiene que primerear".
En ese sentido, el Gobierno está pensando en "una fuerte inversión de obra pública para reactivar la economía después de la pandemia", priorizando como ya se anticipó "la obra pública a menor escala, que tiene menos insumos importados y que consume más trabajo".
Para Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, "la construcción y el agro estarán entre los sectores que crecerán" en la pospandemia, y en menor medida la alimentación y la industria automotriz , pero esto depende mucho de la recuperación de la demanda de Brasil".
Sin embargo, aclaró que "hay una gran cantidad de empresas que están en terapia intensiva", por lo que "se necesitará un hospital de empresas, para atender sector por sector y empresa por empresa".
Iván Szczech, titular de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), considera que "la construcción, necesariamente va a ser un motor de la recuperación" porque "el primer impulso ante una economía que necesita crecer es hacerlo a través de la construcción".
Esto responde al "arrastre" que genera en varias actividades relacionadas, sino también "por la cantidad de empleo que genera de un día para el otro", apuntó Szczech.
La obra pública está bien pero representa sólo el 30% del negocio. El resto, la obra privada, necesita financiamiento y para ello desde la mesa de la construcción, integrada por empresas y trabajadores, le presentaron al Gobierno el viernes pasado su Plan de Re-Construcción de la economía a través de la Construcción Privada, que contempla distintos instrumentos crediticios para apalancar la actividad.
Para Todesca "la recuperación económica debería ser mucho más rápida" que tras la debacle de 2001, porque a diferencia de entonces hoy "no hay crisis financiera". Pero con una buena dosis de realismo, la funcionaria precisó que todavía "nadie puede proyectar con seriedad cómo va a ser la recuperación económica, porque todavía no sabemos cuál será el impacto sanitario de aquí para adelante".
Se sabe que es sector agropecuario será uno de los ejes productivos y un actor clave en la generación de los dólares que la economía necesita como el agua. En cuanto a la industria de alimentos y bebidas, presenta un escenario complejo.
Desde una compañía líder en productos de alimentos de consumo masivo destaca que "el mejor escenario sería un año parecido a 2019, que fue malo", por la caída del poder adquisitivo.
Sin embargo, la misma fuente admitió que "en términos relativos frente al resto de las industrias, compararse con el 2019 es una buena noticia", cuando otras están cerradas y "no tienen perspectivas de repunte".
En el sector de hidrocarburos la estabilización del precio del crudo y la mayor actividad en industrias y comercios en distintas provincias en mayo y junio, mostró que en la "nueva normalidad" Vaca Muerta podrá volver a atraer inversiones.
Según el último informe de NCS Multistage, la consultora que dirige Luciano Fucello, en junio se contabilizaron 196 etapas de fractura -el principal indicador de actividad- mientras que en mayo habían sido apenas 28 y en abril ninguna.
Cuando la economía argentina vuelva a operar sin las restricciones impuestas por la cuarentena el recuento de daños incluirá numerosas empresas en serios problemas para seguir operando, muchas de ellas virtualmente quebradas, con urgencias en cuando a capital de trabajo, y necesidad de descargar la mochila impositiva, ya sea vía moratoria y directamente exención de tributos.