La comitiva oficial hizo un alto en Madrid, antes de volver a Buenos Aires. Fue la última escala de una gira de 9 días que llevó al presidente Alberto Fernández de Francia a Indonesia y nuevamente a Europa antes de emprender el regreso al país. En el medio hubo una intensa agenda de bilaterales con el Fondo Monetario Internacional (FMI), China, Francia y una cumbre del G20 en la que el canciller Santiago Cafiero debió tomar la posta cuando el mandatario se descompensó por una gastritis erosiva y puso en jaque a toda la delegación.
En el vuelo de Bali a la capital de España, Santiago Cafiero habló con El Cronista y otros medios que cubrieron la gira. Recordó su encuentro con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, la carrera por el BID que puede definirse en las próximas horas y qué depara a Latinoamérica en materia de integración a partir de la vuelta de Luiz Inácio Lula da Silva al poder en Brasil desde enero.
¿Qué balance hacen de la gira?
La gira creo que tiene 3 partes: la primera es la de Francia que todos pudimos verlo y participamos, en el que ambos presidentes tienen un acercamiento estrecho con miradas similares sobre cómo abordar la política exterior, obvio con diferencias sobre temas puntuales, o sea los dos no hacen la misma hoja de ruta, pero sí se mostró mucha sintonía en buscar entender la mirada del otro, lo cual es muy positivo. No sólo por la reunión bilateral que fue muy buena sino porque Emmanuel Macron es alguien que está incorporando a su visión de la política exterior la agenda del Sur Global, donde uno de los pilares es Alberto Fernández -según la óptica del propio mandatario francés- porque es quien trae la visión de América Latina y el Caribe. Y Macron la incorporó cuando conoció a Alberto Fernández, no antes.
¿Qué implica esa agenda del Sur Global para las potencias?
Esa agenda del Sur Global busca abordajes distintos, no sólo el conflicto de Ucrania y Rusia, sino también en cómo se resuelven conflictos entre países, y cuáles son las implicancias que a veces decisiones unilaterales tienen en otros países. Y ahí vamos a la segunda parte de esta gira que es cuando llegamos al G20, con la participación de las reuniones y la cuestión de salud del Presidente. Y ahí yo sumo una tercera parte ya que la agenda continuó: el Presidente nos instruyó a (Sergio) Massa y a mí para que continuemos con los temarios que estaban previstos. Algunas pudieron concretarse, otras no, ya que es la agenda presidencial y nadie lo puede reemplazar. Había reuniones bilaterales con Alemania, Italia y Arabia Saudita que no se pudieron hacer, por ejemplo.
¿Cómo fue su participación en la sesión del G20 sobre cambio climático con los otros líderes? Es una agenda que la Argentina intenta impulsar...
Había una actividad prevista para la mañana para concientizar sobre el cambio climático, entonces fuimos a los manglares, donde están haciendo resiembra de los mismos. Son unos árboles que capturan cuatro veces más de dióxido de carbono, fundamentales para sostener la biósfera. Producto del cambio climático se venían deteriorando aceleradamente y hay una política del gobierno de Indonesia de recuperar, no sólo donde estuvimos nosotros, sino también el resto de las islas.
Esa acción se demoró producto de que hubo una reunión de emergencia de los miembros de la OTAN que estaban en el G20 por el misil que había caído en Polonia y no se sabía la procedencia, lo que había sucedido aún y había naturalmente mucha preocupación. La actividad fue primero una reunión general, donde conversábamos diferentes temas principalmente sobre ese misil que ya muchos comenzaron a destacar que se trataba de una externalidad producto del enfrentamiento, pero que no había sido un ataque deliberado de ningún país. Y después se desarrolló la actividad que consistía en plantar un ejemplar de manglar, y básicamente los temas de conversación giraban en torno al cambio climático.
¿Le consultaron sobre la ausencia del Presidente?
Sobre la salud de Alberto me preguntaron (Pedro) Sánchez, Macron, (Olaf) Scholtz -con quien estuve sentado al lado y dialogamos bastante- pero todos estaban tranquilos porque Alberto estaba bien. De hecho, Sánchez y Macron, que habían cruzado mensajes con Alberto, asentían cuando les informé que ya se encontraba mejor, que estaba superada la situación.
En ese contexto fue que se dio la oportunidad de un diálogo con Biden, ¿qué le dijo?
Le dejé un saludo del Presidente Fernández, que ya se encontraba mejor de salud y que hubiera querido estar pero estaba en el hotel con el reposo indicado por los médicos. Y le conté algo importante que me había dicho Alberto referido a las elecciones de medio término: destaque el alivio que significó que él haya obtenido el resultado que logró, que sorprendió a muchos y que no solo significa un alivio para Argentina sino también para América Latina. Porque de ese modo se puede continuar construyendo una agenda positiva para la región y hacia nuestro país.
¿Hubiera significado un revés para la región una victoria del trumpismo?
De eso es lo que nosotros venimos diciendo de hace tiempo: fue un abordaje muy negativo y hay que buscar otro. Por eso Argentina abandonó el grupo de Lima por ejemplo que fueron mecanismos de abordaje que desarrolló el trumpismo en la región.(Donald) Trump estaba como contrafuerza en ese momento y él buscaba capitalizar una victoria como la que se proyectaba de los Republicanos, que finalmente no sucedió. De haberse dado ese resultado, para la política de la región significaba un retroceso importante, porque iba a tener un gobierno de los Estados Unidos trabado a nivel legislativo, con poca capacidad de llevar adelante iniciativas. Muy metido para adentro por la dinámica de los próximos dos años de gestión y con un espacio político que había llevado adelante una política para la región que había sido muy nociva. Una política de dividir, excluir, aislar y bloquear.
¿Y eso hubiera impactado significativamente también en la intención de una mayor integración latinoamericana?
Eso es lo que nosotros venimos diciendo de hace tiempo: fue un abordaje muy negativo (el del gobierno de Trump) y hay que buscar otro. Por eso Argentina abandonó el grupo de Lima, por ejemplo, que fueron mecanismos de abordaje que desarrolló el trumpismo en la región. Biden me respondió que él estaba muy conforme y contento con los resultados, que agradecía la mirada que teníamos nosotros y que había que hacer un trabajo de abordaje constructivo en América Latina, sobre todo en este momento, donde hay que buscar integrar y no desintegrar. Hablamos en términos generales de la región, en nuestro caso con la representación de la Celac y del trabajo que estamos llevando adelante con todos los países que la integran y para nosotros ese es el abordaje que hay que llevar adelante.
¿Surgió en los diálogos con otros presidentes alguna mención a lo que representa un regreso de Lula al poder en Brasil?
De la elección en Brasil hablé con Macron -ya Alberto había hablado mucho de ese tema con él-, con Pedro Sánchez y Scholtz, acerca del cuál era el impacto de la victoria de Lula en la región, donde obviamente destaqué que era muy positivo. El canciller alemán me consultó sobre la actualidad de la región y le comenté sobre los cambios que hubo de signo político que habían sido muy positivos. Tiene una mirada muy similar en la lucha contra la desigualdad, achicar las brechas. Eso nos une más allá de las particularidades que tiene cada país. Sobre eso se monta que el hermano mayor de la región se pondría al frente de esa agenda.
Respecto a la mirada común regional, en las próximas horas se definirá la presidencia del BID: ¿se está negociando una candidatura de consenso?
Con (Marcelo) Ebrard hablamos mucho porque compartimos muchas actividades. Estamos generando el consenso, hay que acentuarlo. Le fue muy bien a Cecilia Todesca Bocco este domingo, quedaron todos muy sorprendidos. Ella se ha reunido durante esta semana con directores que ocupan las diferentes sillas que no son de todos los países, sino que se agrupan. También estuvo en el Tesoro de Estados Unidos. Los mexicanos entienden que tenemos que trabajar en una candidatura de consenso porque si no nadie va a llegar. Nosotros seguimos apuntalando a nuestra candidata, la única candidata mujer. Algo de lo que también hablé con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, entre otros.
¿Y qué le respondieron?
AMLO se comprometió a apoyar una candidatura de consenso. Para nosotros la más adecuada es Cecilia. Hasta el 19 hay tiempo de generar el consenso. Y con Blinken también hablamos de la candidatura de Cecilia, y de otros temas referidos a lo que estamos realizando en América Latina. Blinken me dijo que le gustaba que fuera una mujer. En este contexto en el que está la región, creo que va a pesar mucho la política, o sea la Casa Blanca y el Departamento de Estado que creo van a tener una posición conjunta. No creo que vaya a ser una definición tecnocrática, sino más política, esa es mi percepción.
Hay también un candidato que impulsa el gobierno de Jair Bolsonaro, ¿qué actitud tomará Brasil?
El candidato de Brasil es el candidato de Bolsonaro y hay que ver como continúa construyéndose. Pero ahí es donde nosotros discutimos legalidad y legitimidad. ¿Es legal la candidatura? Sí, por supuesto. ¿Es legítima? Nosotros decimos que no nos parece y por eso hubo intentos de modificar la fecha de candidaturas o de selección, Más aún teniendo en cuenta que Brasil es un socio importante al igual que Argentina. Pero fue rechazado hace tiempo. No tengo dudas que gran parte de la definición de la Argentina, de México, de los países que sean, va a pasar por el diálogo directo entre los presidentes.
¿Qué sensación les deja la bilateral con Kristalina Georgieva y las autoridades del FMI respecto a los pedidos de la Argentina sobre eliminar los sobrecargos y evaluar los costos de la guerra en Ucrania?
Fue una muy buena reunión para poder avanzar sobre los temas de agenda que tenemos y eso es importante. Continuamos trabajando en el programa. Hizo un buen aporte Massa en cuanto a entregar un informe sobre el precio de la guerra y la necesidad de que eso tenga algún entendimiento de que las situaciones se han modificado. También en insistir en los sobrecargos, que para Argentina son aproximadamente de mil millones de dólares por año. El FMI es un cuerpo colegiado y la decisión de sobrecargos es una decisión sistémica, no es una decisión para Argentina solamente y tiene que ver con múltiples efectos como la guerra que también repercute en muchos países. Obviamente nosotros hablamos de Argentina, pero desde Ucrania hasta Ecuador, Egipto y Barbados estánk involucrados; países afectados por la guerra, por el cambio climático, y que tienen un sobrendeudamiento. Por diferentes cuestiones, todos planteamos lo mismo.
¿Fue una conquista política poder plasmar el tema en el documento final del G20?.
Argentina planteó diferentes temas. Ese documento comenzó a trabajarse hace meses. Hay cuestiones vinculadas a temas de las agendas de nuestros países, la incorporación de la mirada de género, otras cuestiones como sobrecargos continuando lo sucedido en Roma el año pasado. También hablar del financiamiento con respecto al cambio climático, de la transición energética. Son temas que la Argentina viene impulsando que están reflejados en el documento final.