Por primera vez, una empresa privada logró firmar un acuerdo con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para la investigación y producción de Cannabis medicinal en el país. Se trata de la compañía Pampa Hemp que espera en tres meses poder comenzar su producción y en el mediano plazo comercializar la materia prima en el mercado local para luego exportarla.
"Nuestra empresa empezó a gestarse en 2017 cuándo el Congreso convirtió en Ley la investigación médica y científica del uso medicinal de cannabis y sus derivados", explicó Sebastián Tedesco, socio fundador de Pampa Hemp. Lo cierto es que la normativa no implicaba que cualquiera pudiera cultivar para uso medicinal. "Pedimos permiso al Gobierno para hacerlo, pero para eso teníamos que lograr un convenio con un ente que lleve a cabo la investigación, fue así que nos contactamos con el INTA", sostiene Tedesco en una entrevista a El Cronista.
El objetivo del acuerdo es impulsar la producción nacional de materia prima para uso farmacéutico que devenga en aplicaciones médicas y terapéuticas. "Nuestro foco va a estar en torno a aspectos productivos, desarrollando técnicas de cultivo de cannabis con diferentes variedades genéticas, así como el diseño de protocolos de producción. No sólo investigaremos como cosechar la planta de cannabis sino a que temperatura y qué sistema de recolección", detalló el empresario.
Si bien desde Pampa Hemp no quisieron referirse a los montos de inversión, aseguraron que el acuerdo con el INTA será por tres años. "Hoy contamos con un presupuesto inicial que se irá modificando a lo largo de los ensayos", sostuvo Tedesco. La empresa planea el primer año focalizarse en la investigación para luego empezar a planear una comercialización en el mercado interno con el objetivo final de exportar materia prima al mundo.
Según explicaron, el producto obtenido será puesto a disposición de la red de laboratorios públicos y privados argentinos quienes serán los encargados de producir el aceite de cannabis para el consumo medicinal, que se espera que alcance un grado de pureza mayor al 99%. "Nuestro propósito es colaborar con los laboratorios públicos, vamos a producir insumos para que otros puedan investigar y generar medicamentos", agregó Tedesco.
La empresa que se fundó entre Sebastián Tedesco y Pablo Fazio tiene sed de desarrollo y crecimiento. "Sabemos que es el mercado del futuro. Hay un consenso muy grande a nivel nacional para que se mejore la ley de cannabis medicinal y creemos que eso sucederá. Nos estamos preparando para cuando eso pase", arremetió Tedesco.
Pampa Hemp es además uno de los fundadores de la Cámara Argentina de Cannabis (ArgenCann). "Creemos que Argentina tiene todas las condiciones para convertirse en una verdadera exportadora de cannabis en el mundo, falta una decisión política", sostuvo.
En esta primera etapa la empresa está esperando la aprobación del Ministerio de Salud para comenzar a trabajar dentro del programa de Cannabis del país. "Creemos que vamos a estar operativos recién en tres meses. En principio tenemos que encarar obras civiles porque hay que equipar el invernadero que nos brinda el INTA en Pergamino y dotarlo con un sistema de seguridad", indicó.
Y hay un factor no menor; "Debemos importar las semillas, ese trámite no es tan sencillo y podría demorar algunos meses. Hasta que no contemos con la genética inicial no podemos empezar a trabajar en el cannabis y la investigación", agregó.
En cuanto al método de cosecha Tedesco aseguró que la investigación estará enfocada en un cultivo "bajo cubierta, lo que quiere decir es que trabajaremos con luz natural y luz artificial. Durante este procedimiento evaluaremos la cantidad de cosechas que podremos hacer durante un año", concluyó.
En una segunda etapa, el objetivo de INTA en conjunto con Pampa Hemp será el desarrollo de genéticas propias para fines medicinales y otros usos, mediante la estabilización de variedades locales y la creación de un banco de semillas de cannabis que permita contar con germoplasma adaptado a las condiciones de geografía y clima argentinos.
En el mundo
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, el CBD es un cannabinoide que no tiene efectos psicoactivos y sus usos poseen resultados positivos para el tratamiento de diferentes patologías como la epilepsia refractaria. En este sentido, ya existen en el mercado internacional productos farmacéuticos prescritos por asociaciones médicas de todo el mundo para esta patología y otras.
Recientemente, la Comisión de Estupefacientes de la ONU eliminó el cannabis de la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, abriendo la puerta al reconocimiento de su potencial medicinal y terapéutico.
El uso de cannabis ya posee marco normativo en más de 40 países. Aproximadamente el 40% de los mismos regulan la industria permitiendo el empleo de un amplio espectro de las propiedades de cannabis: productos médicos, cosméticos, industriales y comestibles. El otro 60% sólo se enfoca por el momento en el principal cannabinoide no psicoactivo, el CBD.