Pese a que se mantiene el congelamiento de tarifas de servicios públicos y de algunos precios regulados (combustibles, telefonía, comunicación, medicina privada) julio cerrará con una inflación del 2% como piso, ratificando la tendencia alcista que se insinuó en junio, cuando avanzó 2,2% según cifras oficiales.
La principal razón es la volatilidad en el mercado cambiario, con un deslizamiento del tipo de cambio oficial y una ampliación importante de la brecha con las cotizaciones alternativas (Contado Con Liqui, dólar MEP o Bolsa y blue) y cierta recomposición de márgenes en actividades que empezaron a operar según el cronograma de apertura dispuesto en distintas localidades el país.
Los analistas coinciden en que en un escenario incierto debido a la negociación por la deuda con los acreedores privados que acaba de cerrarse y el impacto económico de la cuarentena, la recesión, las tarifas y los salarios -este año se demoró el ajuste por paritarias- actúan hoy como anclas antiinflacionarias.
Sin embargo, toma cuerpo la idea de que en el tercer y cuarto trimestres del año "habrá una aceleración de la inflación".
El consenso del mercado ubica la inflación anual por encima dle 35% y más cerca del 40% para todo 2020, con las proyecciones 2021 que hablan de un año caliente en materia de inflación.
El Índice de Precios al Consumidor difundido ayer por Orlando Ferreres y Asociados (OJF), registró un avance del 2,2% en julio, marcando un incremento interanual de 43,4%. La nota destacada es el peso de la inflación núcleo (sin precios estacionales ni regulados), que llegó a 3,1% mensual.
Ricardo Delgado, director de Analytica señaló: "Para julio vemos una inflación del 2,3%, que en parte responde a este mecanismo de crawling peg o ajuste casi diario de tipo de cambio oficial, que acumula entre 2,5% y 3% mensual".
Delgado admitió que también hay un deslizamieto de los precios ya que "muchas empresas que empiezan a operar tienen que aumentar los márgenes unitarios para mantener su estructura".
Considera que cedió un poco la inercia inflacionaria porque no hubo aumentos de salarios o lo hicieron por debajo de la inflación, lo que genera "una oportunidad para volver a negociar salarios en base a la inflación futura y no pasada", remarcó. Y planteó que el objetivo es "ir a una desinflación para llegar en 18 meses a una inflación del 20%".
La aceleración
Desde EcoGo Consultores estiman que la inflación de julio llegará al 2,1%, acumulando al cabo del año 41%.
"Vemos la inflación acelerándose en la segunda parte del año como consecuencia del relajamiento de las restricciones a la movilidad, el excedente de pesos en la economía que va a empezar a pasar factura vía recomposición de márgenes y el reinicio gradual de las negociaciones salariales", aseguró Juan Ignacio Paolicchi, economista de EcoGo.
Además, advirtió que habrá "algunas correcciones de precios relativos en particular los combustibles y una recuperación en la velocidad de circulación del dinero". Señaló que en las últimas semanas se vio una "aceleración" en bienes de primera necesidad, "lo que deja un arrastre alto para el año siguiente".
Para Martín Kalos, director de EPyCA, la clave es entrar en un sendero descendetnte de la inflación. "Hay que pensar en una dinámica de crecimiento a futuro pero en especial a partir de un sendero de desinflación".
Para eso se requiere una "coordinación productiva de empresarios, sindicatos, Gobierno, no sólo un acuerdo de precios y salarios". Así, hay que "plantear un programa económico pero en el contexto de la salida de la pandemia".
Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, estima que "la inflación se va a acelerar en la segunda parte el año, acumuló 16 % en la primera parte pero el motor de la inflación va a ser el dólar".
Ecolatina estima que en julio el índice de precios subirá "como piso un 2%", y en el año cerrará en torno al 40%, algo por encima del REM (38,5%). La consultora proyecta una "aceleración del tipo de cambio", en un contexto en el que "salarios y tarifas actúan como frenos de la inflación".
Futuro incierto
"Actividad, tarifas, combustibles y salarios son un ancla par la inflación", apuntó Guido Lorenzo, director d ela consultora LCG consideró que la inflación de julio será más alta que la de junio, por encima de 2,5%, tal vez acercándose al 3%".
Lorenzo recuerda que "todas las anclas tienen costos fiscales", pero hoy "mucho más que recurrir a esas anclas no hay, salvo el ancla cambiaria, que siempre es una tentanción en años electorales", por la sensación que genera de una mejora del salario en moneda dura.
Y dejó un dato preocupante: "En 2021 la inflación será más alta, por encima del 50%", por la recuperación de la economía y la emisión monetaria de estos meses".
En tanto Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos, coincidió en que "va a haber aceleración de la inflación, no hay dudas, la cuestión es el timming".
Para Tiscornia las claves para comprender la dinámica de precios futura es los que ocurra con el nivel de actividad y la eventual salida de recesión y el tipo de cambio.
En ese sentido, advirtió que "se frenó la inercia inflacionaria por la recesión pero el Gobierno tiene que formar expectativas, si tuviera que ajustar tarifas, por ejemplo, la inflación se iría para arriba".