La nafta y el gasoil tendrán una suba del 4% no antes de este jueves 15 de junio, si se cumple el acuerdo alcanzado entre petroleras y el Gobierno de mantener esos porcentajes de aumentos mensuales hasta después de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo 13 de agosto. La definición tendrá impacto sobre la producción y las inversiones en Vaca Muerta.
No obstante, el cumplimiento está en duda. En el sector manejan distintas alternativas, desde que el Gobierno busque controlar la inflación frenando la suba de la nafta hasta que las refinadoras privadas den un paso adelante e incrementen los precios entre un 7% y un 8%. Los dueños de estaciones de servicio, que se declararon en "estado de emergencia", apuntan que el atraso de la nafta ronda el 25%, aunque las compañías apuntan que ronda el 10% a 12%.
En la industria entienden que hay poco lugar para un congelamiento con motivos políticos, lo que sería una "muy mala" señal para las petroleras que operan en Vaca Muerta en un contexto de inflación en torno al 8% mensual.
La alternativa más probable es que se concrete la suba del 4% con YPF al frente (en tanto líder del mercado, con 60% de las ventas) pero ante el malestar del resto de las refinadoras (Axion, Raízen -Shell- y Trafigura - Puma Energy), que buscan igualar o no quedar muy por detrás del índice de precios.
¿Cuánto y cuándo sube la nafta?
En particular, ejecutivos y voceros del sector cuentan que el Gobierno se había comprometido a bajar los impuestos a los combustibles para compensar la brecha entre los aumentos autorizados (4% contra 8% de inflación y devaluación del peso contra el dólar oficial).
En la industria piden bajar los impuestos para compensar la brecha entre los precios en surtidores y la evolución de la inflación y el dólar oficial.
Solamente por mantener congelados estos tributos, el Estado nacional se pierde de recaudar en pesos el equivalente a unos 200 millones de dólares por mes; si se reducen los impuestos, el agujero fiscal sería mayor en un momento de déficit de ingresos por el efecto de la sequía, principalmente por el menor cobro de derechos de exportación (retenciones); la caída de la recaudación fiscal ronda el 6% en términos reales contra el año pasado.
Además, la Secretaría de Energía también había puesto sobre la mesa una excepción a la Resolución General 5339/2023 de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para que las petroleras pudieran continuar evitando el pago de percepciones del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y de Ganancias al momento de efectuar importaciones.
Y adicionalmente, desde hace tres semanas la Secretaría de Comercio y el Banco Central (BCRA) les pidieron a las refinadoras financiar a 90 días los pagos de los combustibles -principalmente gasoil- mediante el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), lo que implica un costo en dólares cercano al 10%, para postergar una salida de reservas internacionales por alrededor de u$s 150 millones mensuales.
Con todo, la salida que usan las refinadoras es bajar el precio de compra del petróleo crudo a Vista, Shell, Tecpetrol, Pluspetrol, Chevron y ExxonMobil hasta u$s 62 por barril, unos dólares por debajo de la paridad de exportación.