La crisis económica sigue espiralizándose y las preocupaciones entre los ahorristas e inversores por las condiciones macroeconómicas son cada vez mayores. Entre las temáticas más nombradas para la sostenibilidad del poder adquisitivo aparecen el dólar y la inflación.
La primera creció sustancialmente desde asumida Silvina Batakis en el Ministerio de Economía. Desde los $ 239 que marcaba la jornada anterior a su asunción, esta se posiciona cercana a valores de $ 272 para la venta. Los dólares financieros también evolucionaron ampliamente, lo que significó que una presión para posicionarse cerca de los $ 300.
Por otro lado, de mínima, la inflación este año llegará al 62% como estima el Gobierno pero podría alcanzar el 100% según las proyecciones más pesimistas mientras que de acuerdo al consenso de los analistas se acercará al 80 por ciento.
Ante estos parámetros, el analista financiero Salvador di Stefano afirmó que el escenario actual en Argentina requerirá más que medidas económicas para de ser revertido: "Por más voluntad que pongan los funcionarios de economía y el Banco Central el problema es político, falta confianza, si alguien la consigue acercarla a Balcarce 50".
El pronóstico del gurú de la city para la inflación y el dólar
La ministra de Economía, Silvina Batakis, asumió a su cargo una semana atrás y la incertidumbre de los ahorristas e inversores se reduce a si el cambio de equipo económico podrá ser suficiente para cambiar la inercia de la crisis económica que se profundizó en los últimos meses.
En ese sentido, este lunes anunció una serie de políticas que apuntan a reducir el elevado déficit fiscal y calmar a los mercados financieros. Sin embargo, añadió que el tipo de cambio multilateral "sigue siendo de equilibrio". A pesar de las medidas de recorte del gasto público y de tasas reales positivas, los mercados cerraron en baja debido a que persiste el clima de desconfianza.
Así, di Stefano explicó que el ofrecimiento de una nueva política monetaria mas no una cambiaria, "lo mejor que nos puede pasar es una inflación del 90% anual y el dólar debajo de los $ 400".
En cuanto a la suba generalizada de precios, aclaró: "La tasa de interés será más elevada, no sabemos si positiva contra la inflación, pero será alta. Esto nos empuja a una recesión y problemas en la cadena de pagos".
"La inflación no se detendrá ya que muchos productos locales tienen componentes importados y la importación, al estar cerrada, estos productos no tienen precio de reposición", agregó en su columna publicada en Ámbito.
Para ello, dijo que sería vital una unificación de criterios en el Gobierno y que este logre "un estricto control de caja, baje los niveles de emisión a la mínima expresión y, por algún medio que desconozco, pueda incrementar las reservas".
Sin embargo, catalogó estas metas como ambiciosas y estimó así un escenario inflacionario alto, un tipo de cambio planchado y tasas referenciales altas: "Los tres componentes de una recesión inevitable".