El anuncio del nuevo cepo al dólar paralizó a la industria turística, uno de los sectores más castigados por la pandemia. Tras seis meses con una estrepitosa caída de las ventas, el sector se ilusionaba con el posible regreso de los vuelos y la reapertura de las fronteras.
Pero las expectativas de una pronta recuperación se derrumbaron y ahora reina la incertidumbre. Desde el momento en que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) emitió el comunicado el martes por la noche, bajaron hasta un 50% las reservas y anticipan que podría haber una mayor demanda de viajes nacionales.
Las agencias y las aerolíneas trabajan contrarreloj para adecuarse a la normativa, aunque se encuentran desconcertadas porque todavía están a la espera de la letra chica de la medida. Ante la confusión, algunos operadores turísticos prefirieron dejar de vender hasta que haya una mayor claridad sobre cómo se aplicarán las restricciones.
En una reconocida agencia, indican que la demanda cayó aproximadamente un 50% respecto de los días anteriores. En otra, comentan que desde el anuncio se "plancharon" las reservas. "Aunque es prematuro hacer una proyección sobre cómo se comportará el mercado, habrá más viajes nacionales, en detrimento de los internacionales, como ocurre desde el inicio de la cuarentena", adelantan desde una línea aérea.
Por estas horas, Despegar se encuentra analizando el detalle de la norma para adecuarse a la brevedad y así cumplir con los requerimientos exigidos. "Hasta ahora, no recibimos solicitudes de devoluciones, pero es temprano para evaluar cuál será el comportamiento de los clientes. Sin embargo, la medida ocasionará un impacto fuerte en el turismo, que ya se encuentra afectado desde hace años, un golpe que la pandemia profundizó", reconoce Paula Cristi, gerente General para la Argentina y Uruguay de la empresa.
Volala fue una de las que momentáneamente frenó las ventas. "Decidimos no vender hasta adaptar los sistemas, mientras entendemos cómo aplicar el nuevo impuesto. La medida complica el futuro de la actividad, que ya estaba golpeada, con una demanda muy deprimida. Esperamos que, con el paso de los días, se aclare un poco el panorama", dice José Casabal, CEO de Volala.
"Crecieron las consultas sobre cómo comprar con el impuesto. Ahora se frenó la venta porque se está organizando la operatoria y las aerolíneas retiraron del inventario sus vuelos a destinos internacionales", coincide Nicolás Posse, gerente de producto de Avantrip.
No obstante, sostienen en situaciones de crisisprevias, los argentinos buscaron oportunidades para continuar viajando. "Como en todas las devaluaciones que hubo a lo largo de los últimos años, los primeros días la gente se asusta y piensa que no va a poder viajar más. Luego, se acomoda y sigue haciéndolo", destaca Julián Gurfinkiel, cofundador de Turismocity.
"La medida apunta a que haya menos fuga de capitales. Por año, salen de la Argentina u$s 5000 millones en turismo. Puede ser que al comienzo haya más movimientos en el mercado doméstico, pero es temprano para analizar qué ocurrirá. Hay que aguardar. Indistintamente de qué tan caro sea ahora viajar, la gente se las rebuscará para hacerlo. El que viaja al exterior ahorra en dólares y busca la manera de sortear las dificultades", afirma Matías Mute, fundador del blog Promos Aéreas.
La recomendación de la industria para seguir vacacionando en el exterior es pesificar la mayor cantidad de gastos posibles y contratar el viaje con antelación. Además, buscar oportunidades que antes no existían, como una mayor flexibilidad y la posibilidad de realizar cambios sin penalidades ni cargos extra.