La relación comercial con Brasil está crujiendo desde hace un tiempo y no parece encontrar, al menos por ahora, un dique de contención a la caída del intercambio bilateral. Los últimos datos de la balanza comercial entre ambos países dejan al desnudo una fuerte caída de las exportaciones, y a la par una recuperación de dos dígitos en las importaciones.
Pero transcurridos diez meses de 2020, los datos agregados permiten proyectar que el intercambio comercial terminará el año con una caída en torno al 21%, y en niveles semejantes a los alcanzados en 2005.
Por cierto, en el año del coronavirus, la pandemia y las medidas restrictivas a la actividad económica jugaron su partida, pero hay razones de orden económico local que tienen tanto o más peso que la pandemia.
El impacto de la volatilidad cambiaria en las operaciones de comercio exterior fue determinante en los últimos dos meses, aseguran los analistas. Y a esto hay que sumar el arrastre de problemas de competitividad, dificultades para invertir y dar un salto tecnológico, y un escenario adverso para que las empresas puedan retener y aun ampliar mercados.
Según datos del Ministerio de Economía de Brasil, las exportaciones argentinas a ese país totalizaron u$s 799 millones en octubre, una baja de 18,3% en relación a los u$s 978 millones enviados a ese destino en octubre de 2019.
Por su parte, las importaciones desde el gigante sudamericano alcanzaron los u$s 820 millones, una mejora de 12,5% en comparación al año anterior (u$s 729 millones) y el mayor avance desde abril de 2018, indica un informe de la consultora abeceb.
Con estos números la balanza comercial arrojó un déficit de u$s 21 millones el mes pasado y acumula un rojo de u$s 401 millones en los primeros diez meses del año.
Así, el flujo comercial bilateral "marcaría un retroceso del 21% a u$s 16.232 millones", proyecta abeceb. Y aclara que el ritmo de caída sería similar al del año 2014 (-20,5%), "mientras que, en niveles, el resultado representaría un intercambio comercial similar al del año 2005".
Para Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina, el desempeño de octubre responde en gran medida al escenario cambiario. "Con una brecha tan grande y expectativas de devaluación se adelantaron importaciones y se pospusieron exportaciones".
Incluso, un análisis de la consultora señala que la brecha "impulsó la subfacturación" de exportaciones, "en la búsqueda por liquidar la menor cantidad de divisas posibles en el mercado oficial".
Marcelo Elizondo, especialista en comercio exterior, encuentra razones vinculadas al desempeño de cada país. "Brasil se va a recuperar más rápido y eso ya está ocurriendo, por volumen de mercado, porque hizo una reforma laboral, congeló el gasto público y porque tiene un mercado de capitales muy grande, que ayuda mucho en estos momentos", explicó.
En contraste, Argentina arrastra problemas de competitividad y un nivel de inversión que cayó en picada en los últimos tiempos. "Antes la distancia con Brasil era de cantidad, de volumen, ahora tiene mucho de calidad y tecnología", señaló Elizondo.
Y agregó: "La pandemia produjo un salto tecnológico que las empresas no pueden seguir, por no tener mercado de capitales y porque la inflación es muy complicada para la exportación, que es un negocio a plazo".