El fundador de WeWork Adam Neumann junto con otros socios presentó una oferta de más de u$s 500 millones para sacar a la compañía de oficinas compartidas de la quiebra. De esta manera, el emprendedor, apartado de la empresa luego de que el grupo japonés SoftBank tomara el control, estaría cerca de volver a estar al mando de la firma, que desde hace tiempo está en apuros financieros, según informó la agencia Bloomberg.
Neumann y su empresa inmobiliaria, Flow, habían preparado en febrero un paquete de financiación para la empresa de co-working. The Wall Street Journal informó ayer que el emprendedor ofreció comprar la empresa por más de u$s 500 millones de dólares.
"Hace dos semanas, una coalición de media docena de socios financieros -cuyas identidades conocen WeWork y sus asesores- presentó una oferta potencial por una cantidad sustancialmente superior a la publicada por The Wall Street Journal", dijo un representante de Flow.
La oferta añade otro capítulo dramático a la novela de WeWork y su carismático fundador, objeto de libros, podcasts, una serie de televisión y una película. El gigante del co-working alcanzó una valoración máxima de u$s 47.000 millones y se convirtió en el mayor ocupante privado de oficinas de Manhattan.
Negocio desmoronado
Sin embargo, el negocio se vino abajo después de que intentara salir a bolsa en 2019, sacando a la luz pérdidas enormes y prácticas empresariales controvertidas. Neumann dimitió ese mismo año en un intento de salvar la empresa, pero los caros alquileres de oficinas de WeWork y los cierres de la era Covid lastraron sus finanzas.
La empresa, con sede en Nueva York, se declaró en quiebra el año pasado, con un pasivo de u$s 19.000 millones y un activo de u$s 15.000 millones.
No estaba claro cómo Neumann financiaría la adquisición del proveedor de oficinas compartidas, informó The Wall Street Journal.
WeWork dijo en un comunicado enviado por correo electrónico que sigue centrada en salir de la protección por quiebra del Capítulo 11 en el segundo trimestre como una "empresa financieramente fuerte y rentable."
"WeWork es una empresa extraordinaria y no es de extrañar que recibamos expresiones de interés de terceros de forma regular. Nuestro consejo y nuestros asesores revisan esos acercamientos en el curso ordinario, para asegurarnos de que siempre actuamos en el mejor interés a largo plazo de la compañía", dijo la compañía.
Neumann, anteriormente CEO de WeWork, y otros inversores, entre ellos Third Point de Dan Loeb, estaban explorando una oferta para comprar WeWork fuera de la quiebra, informó Bloomberg el mes pasado. Third Point no está involucrado en la oferta de Neumann, dijeron personas familiarizadas con el asunto, que pidieron no ser identificadas porque la información era privada. Un vocero de la empresa declinó hacer comentarios.
Flow, de Neumann, recibió una inversión de u$s 350 millones de la empresa de capital riesgo Andreessen Horowitz con una valoración de u$s 1000 millones en 2022, antes incluso de empezar a operar. Flow explota propiedades residenciales multifamiliares cuyo objetivo es fomentar un sentimiento de propiedad y comunidad.
Efecto Covid
Aunque las oficinas de WeWork se vaciaron inicialmente durante la pandemia de Covid, la demanda de trabajo flexible demostró cierta resistencia. La empresa acabó saliendo a bolsa en 2021 mediante una combinación con una sociedad de adquisición con fines especiales, o SPAC.
Antes de caer en quiebra, WeWork había estado tratando de ofrecer una historia de cambio de rumbo, una en la que la alborotada startup de co-working se transforma en una empresa pública estable y rentable.