Una serie de obras de infraestructura para reforzar el sistema eléctrico en los próximos 10 años podría generar ahorros a la Argentina por unos 3500 millones de dólares al año, entre sustitución de importaciones de combustibles líquidos y la mayor disponibilidad de gas natural para exportaciones.
El apagón del 1 de marzo, que dejó al 40% del país (unas 20 millones de personas) sin energía eléctrica durante entre 2 a 4 horas desnudó la fragilidad del Sistema Argentino de Interconexión (SADI) y el atraso del Estado en impulsar grandes obras desde 2013, hace diez años. Y actores del mercado cree que hacen falta inversiones por casi u$s 10.000 millones en un breve período de tiempo para evitar nuevos colapsos.
La construcción de estaciones transformadoras (ET) en extra alta tensión -500 kilovoltios, kV- y el tendido de líneas de transmisión desde los centros de generación (la Patagonia, el Comahue y el Norte del país) hasta donde se concentra la demanda (principalmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires -AMBA- y Rosario) puede demorar unos 36 meses. Hasta entonces, el sistema eléctrico seguirá sufriendo vulnerabilidades, cuentan quienes conocen de cerca estos procesos.
Inversiones en energía
"Se necesitan unos 5000 kilómetros de líneas", define en off the record el ejecutivo de una empresa consultada. El consumo eléctrico crece a razón de 3% anual, por lo que en los próximos 10 años el pico de demanda podría superar los 40.000 megavatios (MW) de potencia; el pasado verano, el récord fue de 29.105 MW el 13 de marzo a la tarde, muy cerca de los pronósticos que tenían los técnicos del sector privado.
La demanda eléctrica crece al 3% anual; se necesitan más de 10.000 millones de dólares en inversiones para soportarlo y abastecer al AMBA
En todo el país, entre el 1 y el 21 de marzo la demanda residencial de electricidad creció un 38% en comparación con el mismo período de 2022, notó el consultor Daniel Gerold, director de G&G Energy Consultants. "Fue un milagro haber tenido luz", dijo ante lo que fue una ola de calor inédita. En el AMBA, el consumo fue un 60% mayor que en todo marzo del año pasado, relatan ejecutivos del sector.
Frente a esto, se hace evidente la necesidad de obras de largo período de maduración, que trasciendan los períodos de un gobierno.
El Gran Buenos Aires tiene dos ET, las de General Rodríguez y de Ezeiza, para abastecer el 40% de la demanda nacional concentrado en pocos kilómetros cuadrados. Para reforzar el sistema eléctrico y evitar la masificación de cortes de luz originados en los desequilibrios entre generación y demanda, en la industria consideran primordial avanzar con la construcción de una ET en Plomer, a unos 65 kilómetros al sur de la Ciudad, y otra al norte, Smith.
El plan de obras más próximo a concretarse se llama AMBA I y debería ser sometido a audiencia pública. El Gobierno necesita 1100 millones de dólares y explora desde hace años hacerlo con financiamiento de China, pero todavía no alcanzó un acuerdo. Otra opción es conseguir dinero de organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).