RICARDO QUESADA
El año pasado, el sector automotor cerró con un déficit cercano a los u$s 4000 millones. De ese total, aproximadamente el 40% corresponde a las importaciones de las marcas que no tienen producción local y las autopartes para reposición. El resto lo concentran las 12 terminales locales, tanto para la importación de piezas como para la de vehículos terminados para vender en el mercado local.
En 2020 solo el 34 % de los vehículos comercializados en el país fueron producidos en la Argentina. Y algunos de los componentes de esos autos son importados.
"Para importar autopartes puede haber demoras, pero nada que no se termine solucionando. Podemos decir que está todo dentro de lo normal", señalan en en el sector.
Sus proveedores, en cambio, sí pueden llegar a tener inconvenientes con la importación de insumos. En esos casos, explican, recurren a las terminales para que intercedan en la Secretaría de Comercio y destraben la autorización de las licencias.
El problema aparece, sí, con la importación de vehículos terminados. Hay cupos ya negociados para traer autos del exterior y si alguna marca quiere ampliarlo, empiezan las complicaciones. En enero se importaron 8403 unidades, el menor nivel desde la crisis de 2002. "No lo habilitan, porque faltan divisas para pagarlos. Oficialmente no hay trabas a las importaciones, pero en la práctica sí", señalan.
80% de las PyMEs dicen que no pueden sustituir las importaciones de sus insumos por producción local.
El año pasado el mercado de autos local terminó con una caída del 25,5 % con respecto a 2019. Sin embargo, en los últimos meses, el sector empezaba a mostrar señales de recuperación y, de hecho, en diciembre la caída fue de apenas un 3,6 % con respecto al mismo mes del año anterior.
La expectativa para 2021 es que los patentamientos tengan un piso de crecimiento del 16 %. Y con esa perspectiva empiezan las dudas sobre qué pasará con el acceso al dólar. "Está claro que este año no va a ser fácil. Tal vez pueda mejorar si se llega a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, pero no hay nada seguro", agregan en una de las terminales.
Una dificultad adicional es que en 2020, concesionarias y terminales tenían altos niveles de stock porque el año anterior las ventas habían sido menores que las esperadas. Hoy la situación es muy distinta y para vender vehículos es necesario importarlos o fabricarlos, con la consiguiente demanda de dólares.
34% de los vehículos que se vendieron en 2020 fueron fabricados en el país. El resto, importados.
"Todo indica que el mercado se va a recuperar y eso complica las cosas. No hay inventario del año pasado que podamos quemar en los primeros meses y con eso ganar un poco de aire", explican en el sector. Además, hay que tener en cuenta la limitación para pagar las importaciones de autos de alta gama, con un precio a partir de u$s 35.000. La previsión es que se limitará la llegada de algunos modelos, porque incluso aunque la financiación se haga dentro de la misma empresa, no es tan fácil diferir el pago a la casa matriz por 365 días.
En 2018, dentro del Plan 1 Millón, que preveía llevar la producción local hasta ese número en un plazo de cinco años, se lanzaron iniciativas para llevar la integración local de los automóviles al 40 %. En la actualidad, ese número se ubica entre el 30 y el 35 %. El año pasado, en tanto, se lanzó el Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores, que otorgó préstamos a tasa bonificada y aportes no reembolsables a empresas autopartistas tradicionales y de movilidad eléctrica que presentaron proyectos para ampliar sus capacidades productivas por más de $ 200 millones.
Son todos esfuerzos para lograr reducir el déficit de la balanza comercial que tiene el sector. Sin embargo, los frutos se verán en el largo plazo, mientras que la necesidad de cerrar la canilla de divisas se hace cada vez más inmediata. Lo que sí está claro es que por ahora, los planes y lanzamientos para este año no se van a modificar. "La situación no es sencilla, pero lo cierto es que aunque pueda demorar un poco más, por ahora se aprueban las importaciones que necesitamos", concluyen.
La versión original de esta nota se publicó en el número 326 de Revista Apertura.