Argentina se dirige hacia la séptima devaluación de su moneda en 20 años, sostienen los analistas, mientras aumenta la presión sobre el peso y los inversores pierden la fe en la capacidad del gobierno de estabilizar la economía.
En agosto el país acordó la reestructuración de u$s 65.000 millones de deuda externa que le permitió postergar los pagos. Sin embargo, los mercados financieros siguen frágiles. Los precios de los bonos volvieron a bajar a niveles preocupantes, las acciones se derrumbaron y la brecha entre el tipo de cambio oficial y el mercado negro se está ampliando.
Los analistas e inversores piensan que con sólo u$s 1000 millones de reservas líquidas, el banco central argentino se verá obligado a endurecer las restricciones a las importaciones y fijarle al peso un nuevo valor mucho más débil.
"Están en curso de colisión [hacia una devaluación]. La pregunta es cuánto tiempo llevará", dijo Alejo Costa, estratega de BTG Pactual, un banco de inversión brasileño. "Si siguen posponiendo la devaluación, el impacto inflacionario sólo será mayor - y más desestabilizador [políticamente]. . . pero este tipo de administración sólo devalúa su moneda cuando se ve forzada a hacerlo".
Los ahorristas y empresas locales tienen poca fe en el valor del peso. Al tipo de cambio oficial fijado por el banco central, un dólar se compra a 77 pesos. Pero en el mercado negro, el valor es más del doble. Se trata de una brecha récord.
Una devaluación generaría un problema porque haría subir la inflación en un momento en que los precios ya aumentan a gran velocidad.
En lo que va del año el tipo de cambio oficial del peso retrocedió 22% con respecto al dólar, una caída que se aceleró a principios de octubre tras la introducción de controles de capital más estrictos.
El Gobierno trató de controlar el ritmo de caída de la moneda con controles de capitales más estrictos y menores retenciones para los exportadores de soja. Pero es poco probable que esas medidas tengan gran impacto, opinan los analistas. Las reservas disminuyeron en u$s 1200 millones en la segunda quincena de septiembre, después del anuncio de las mismas.
Dada la crisis de confianza que enfrenta el gobierno, las autoridades tienen sólo dos opciones, comentó Miguel Kiguel, ex secretario de Finanzas. Una es simplemente devaluar el peso. La otra es introducir un sistema de doble tipo cambio mediante el cual muchas operaciones pasarían a tener un nuevo tipo de cambio más débil, lo que lograría una brecha mucho menor entre las dos cotizaciones que existen actualmente.
"El gobierno está atrapado en una situación muy difícil en la que cualquier alternativa tiene costos... [pero] va a ser muy difícil mantener el statu quo", dijo Kiguel. "Pero más que eso, necesitan un plan económico integral, de lo contrario [cualquier éxito] durará un abrir y cerrar de ojos".
Un ex funcionario señaló el gobierno se verá obligado a actuar antes de fines de noviembre porque la constante depreciación del peso de entre 2% y 3% mensual ya no será sostenible. "Si bien el gobierno quizás puede aguantar más tiempo de lo que muchos creen, una vez que la situación se acelera, avanza rápido. Parece que prácticamente ya no hay pausas en esta dinámica".
Lo que ingresa a este país agrícola por las exportaciones de soja empezará a llegar en marzo, por lo que muchos analistas piensan que el gobierno podría arreglarse quizás hasta mediados del año próximo.
Pero como en octubre del año que viene hay elecciones de mitad de término, esa estrategia podría ser riesgosa para el gobierno. La mayor tensión económica podría poner en riesgo las chances de reelección del gobierno peronista en 2023.
"Pueden aguantar durante mucho tiempo con controles de capital cada vez más estrictos", dijo Graham Stock, jefe de investigación de bonos soberanos de mercados emergentes en BlueBay Asset Management. "Pero eso es mover la política en la dirección equivocada... Políticamente, eso es muy peligroso porque sería un símbolo de la poca confianza en la gestión de la economía".
"Están atrapados entre la espada y la pared", dijo Stock. "No hay respuestas fáciles", agregó.
Traducción: Mariana Oriolo