Los cambios en los hábitos de consumo se cobraron una nueva víctima a escala mundial. La cadena de indumentaria Forever 21, con la que tantas veces se especuló respecto de su posible llegada a la Argentina, se declaró en quiebra el domingo 29 de septiembre. El auge del e-commerce, aparece como uno de los principales desencadenantes.
Según le aseguró a The Wall Street Journal una fuente cercana a la empresa, se cerrarán alrededor de 350 de las 800 que tiene en todo el mundo. Forever 21 encarará una completa reestructuración tras haber invocado el “Capítulo 11” que le permite mantener el control y posesión de sus bienes y actúa como una protección contra la quiebra definitiva.
Esta decisión, apuntó Linda Chang, vicepresidente ejecutiva de la compañía, es “importante y necesaria para asegurar el futuro de la empresa, lo cual nos brindará la posibilidad de reorganizar nuestro negocio y reposicionar a Forever 21”.
A su vez, la compañía consiguió u$s 350 millones en financiamiento para poder sostener sus operaciones a lo largo de este proceso. Más de u$s 270 millones provinieron de sus actuales acreedores, mientras que u$s 75 millones fueron inyectados por TPG Sixth Street Partners.
El plan de la firma es bajar la persiana de la mayoría de sus filiales internacionales en Asia y Europa, de acuerdo a lo consignado por la marca en un comunicado. No obstante, apuntó que continuará vendiendo sus productos en México y el mercado latinoamericano.
Respecto de las sucursales en los Estados Unidos, Forever 21 manifestó que aún continúan conversando con los propietarios de los espacios para decidir cuáles cerrar y cuáles no. Aunque afirmaron: “Esperamos que una gran parte de estas tiendas continúen abiertas y operando como siempre, no esperamos salir de ningún gran mercado en los Estados Unidos”.
En agosto pasado, Bloomberg ya había reportado que la empresa se preparaba para declararse en quiebra debido a la caída en las ventas. A esto se le sumaba que las conversaciones con los posibles prestamistas se habían estancado. Incluso, algunos ejecutivos de la cadena, barajaron la posibilidad de que los principales accionistas tomaran una participación más importante en la empresa, en desacuerdo con el liderazgo de su fundador, Do Won Chang.
La cadena fue fundada por Chang y su esposa, Jin Sook dos inmigrantes de Corea del Sur, en una pequeña tienda en Los Ángeles en 1984. Rápidamente creció, se multiplicó y logró convertirse en un ícono del negocio de fast fashion.