El oficialismo trabaja en un proyecto de ley que apunta a elevar las alícuotas del impuesto a las Ganancias para las empresas, que a partir de 2021 les correspondía tributar un 25% de acuerdo con el sendero de reducciones establecido en la reforma impositiva de 2017.
Puntualmente, la iniciativa suspende esa baja y revierte la alícuota al 30% que aplicó entre 2018 y 2020 para todas las empresas. Si bien se mantiene la carga respecto al año pasado, significa un aumento respecto a lo que hoy está vigente.
La reforma tributaria impulsada por el gobierno de Mauricio Macri y sancionada a fines de 2017 ordenaba que la alícuota para las sociedades, entonces en 35%, bajaría a 30% para los ciclos fiscales 2018 y 2019 y a 25% para 2020 en adelante.
No obstante, la Ley de Solidaridad, vigente desde los últimos días de 2019, suspendió esta rebaja y dejó la alícuota en 30% por todo 2020. Como este artículo no fue prorrogado, desde 2021 las empresas ya deberían tributar el 25% que preveía la reforma impositiva de 2017.
Pero los planes del Gobierno son otros y ahora prepara un proyecto de ley para revertir este sendero de bajas para compensar fiscalmente la eximición de Ganancias para todos los asalariados que ganen hasta $ 150.000 brutos por mes que avanza en un proyecto de ley paralelo, indicaron fuentes oficiales a El Cronista.
El proyecto prevé una nueva postergación por un año de la baja prevista, por lo que si se aprueba en el Congreso las empresas tributarían por este año otra vez una alícuota del 30%.
La contracción al 25% se aplicaría recién en 2022 en adelante, si es que no hay nuevas modificaciones, que el Gobierno no tiene en carpeta por el momento. Es que a pesar de que este proyecto se apruebe la reforma tributaria de 2017 seguirá vigente.
Lo que perdería de embolsar el Fisco por dejar fuera del alcance de Ganancias a 1,2 millones de personas ronda los $ 40.000 millones, según estimaciones de analistas, pero no afectaría en gran medida recaudación de este año, dado que en 2021 ingresan los saldos de 2020. Sólo impactará por medio de los pagos anticipados.
Lo mismo ocurre en el caso de las empresas, que abonarán en su mayoría el impuesto correspondiente a este año en mayo de 2022, por lo que si se mantuviera la alícuota de 25% tampoco afectaría los ingresos tributarios de este año.
De esta manera, en el Ejecutivo confían que lo que el Fisco se perdería de percibir quedaría cubierto con la suba del impuesto sobre las empresas, una medida adoptada debido a que las cuentas fiscales de 2022 continuarán en rojo y no sobrará el financiamiento.
El consenso es que el año que viene arroje un déficit primario cercano a los $ 1,5 billones, según la mediana de previsiones del Relevamiento de Expectativas Macroeconónomicas (REM) del Banco Central (BCRA), aunque en términos de producto signifique un menor porcentaje al que representa actualmente por la depreciación del peso y la incipiente recuperación de la economía este año.