La inflación comenzó el año en niveles similares a los que registró el tramo final de 2020, que significaron un fuerte salto respecto a los de los meses anteriores cuando la cuarentena todavía paralizaba a la mayor parte de las actividades económicas.
Tanto los analistas privados como los del Gobierno estiman que la cifra de enero que difundirá este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) quedará muy cerca del 4%, con los alimentos entre los bienes que más treparon en el primer mes del año.
Las mediciones de las consultoras Orlando J. Ferreres, Ecolatina y Seido arrojaron subas de 3,6%, 3,7% y 4,3% respectivamente, en el Gran Buenos Aires. En tanto, el relevamiento realizado por FIEL en Capital Federal cerró con un 3,2%, aunque en la primera semana de febrero registró una importante suba de 1,3%.
En cuanto a alimentos y bebidas, el rubro escaló 3,7% para OJF, 5% para Ecolatina y 5,4% en el de Seido (que mide la suba acumulada de cuatro semanas de enero). Para FIEL, la división subió bastante menos, 2,8%.
De cara a lo que viene, los analistas coinciden en que febrero y marzo continúen con una dinámica similar, que dejarían la suba acumulada del primer trimestre bastante por encima del 10%. Especialmente el tercer mes del año, que estacionalmente suele arrojar cifras más elevadas.
La gradual pero constante apertura de la economía en el marco de la pandemia del coronavirus que comienza a hacer sentir la monetización del déficit fiscal del año pasado, la continua depreciación del tipo de cambio y el aumento de algunos precios regulados como la nafta empujan la inflación en el primer tramo del año, más allá de que todavía no haya definiciones sobre ajustes en tarifas de luz y gas.
En el Gobierno también reconocen que el incremento de los índice de precios de enero estará cerca del 4%, pero explicado por un reacomodamiento de precios relativos y no por una espiralización de la inflación, por lo que sostienen en que muchas subas no se replicarían en meses siguientes.
Puntualmente, sobre los fuertes aumentos de frutas y verduras consideran que se debieron a cuestiones ligadas a la oferta y la demanda por la evolución de la pandemia, entre restricciones a la movilidad que dificultaron el abastecimiento y cambios de patrones de consumo, indicaron fuentes oficiales.
El año pasado, la inflación terminó en 36,2%, algunos puntos por encima de lo que preveía el equipo económico del Gobierno. Pero para este año, la expectativa de los analistas es que termine cerca del 50%, una cifra muy superior al 29% que figura en el Presupuesto 2021 y que en el oficialismo sostienen.
En el Relevamiento de Expectativas Macroeconómicas (REM) de la semana pasada que realiza mensualmente el Banco Central (BCRA), la mediana de previsiones para la inflación de este año de las consultoras, bancos y centros de estudios participantes alcanzó el 50% y para 2022 ya apuntan a que estará cerca del 39%.
Las proyecciones estiman que enero cerró con un 3,9%, mientras que febreró marcaría un 3,6% y marzo, un 3,9% nuevamente, con lo que el acumulado del primer trimestre alcanzaría casi el 12%.
Para el segundo trimestre en tanto, los primeros pronósticos del REM marcaron un 3,5% para abril, un 3,4% para mayo y un 3,2% para junio, lo que totaliza un 23,5% para el primer semestre del año.