La Secretaría de Comercio convocará a las empresas de aguas gaseosas porque cree que las grandes firmas canalizaron a través de sus distribuciones propias ventas directas a comercios de cercanía con aumentos muy superiores a la pauta acordada de Precios Justos, que era del 4% para enero. Lo mismo ocurrirá con los fabricantes de galletitas, que también enseñaron incrementos superiores a los acordados, según informó el Indec.
El IPC de enero marcó un fuerte aumento en el subrubro de aguas minerales y gaseosas, del 10%, en la Ciudad y el Gran Buenos Aires. En las otras regiones, el incremento fue de entre 5,2% y 7,8%. Eso encendió las alertas del secretario Matías Tombolini, que ya habló con ejecutivos de distintas empresas y les hizo saber que convocará, sobre todo, a los fabricantes de bebidas.
El funcionario sospecha que las grandes empresas, que entregan a los supermercados e hipermercados con la pauta de Precios Justos, envían a los canales de cercanías productos con aumentos muy por encima de los acordados. Eso es lo que habría reflejado la medición de precios del Indec
Las grandes empresas niegan que eso esté ocurriendo. La distribución propia, consignaron, les permite bajar costos logísticos, que siempre son más altos para llegar a almacenes y autoservicios que en las grandes superficies. El acuerdo de Precios Justos supone compromisos de congelamiento y de aumentos acordados en supermercados, hipermercados y mayoristas. No alcanza a los distribuidores ni a los comercios pequeños. La diferencia de aumento entre unos canales y otros existieron, indicaron a El Cronista, pero no fueron de más de uno o dos puntos, según cada empresa.
El puñado de grandes compañías que dominan el mercado de aguas y gaseosas sugieren que la brecha puede estar en las segundas y terceras marcas, cuyas fabricantes no se incorporaron a Precios Justos. También, a los márgenes de los comercios de barrio, que suelen ser más altos en productos de alta rotación como las gaseosas y las cervezas, en comparación con otros de primera necesidad.
PANIFICADOS
Comercio también comenzó a llamar a fabricantes de panificados. El Indec midió un aumento mensual del 9% en el paquete familiar de harina de trigo y subas de esa escala en fideos, galletitas y otros derivados. Algunas grandes empresas también cuentan con distribución propia; otras atribuyen las diferencias con los precios acordados a los distribuidores.
Tombolini convocaría a la cámara de harineros. Comercio relanzará en los próximos días el fideicomiso triguero (FETA), que subsidia la bolsa de harina a panaderos y otros. Como contó El Cronista, 22 molinos firmaron su incorporación y se negocia con otros 20.
El Gobierno también entrecruzará información sobre precios, stocks y entregas, dividas por el canal de venta.
Las brechas de precios entre grandes superficies y autoservicios y almacenes es cada vez mayor. Según un reciente informe de Nielsen, puede superar el 100% en productos como el aceite. En gaseosas, la firma midió diferencias del 25%. En galletitas dulces, hay entre 46 y 56% de diferencia. Los acuerdos de precios, que rigen en los supermercados, profundizaron cuestiones que antes tenían que ver con la potencia de negociación de los supermercadistas.
EL FUTURO DE PRECIOS JUSTOS
El 6% de inflación de enero puso contra las cuerdas a Precios Justos y, por eso, Comercio salió a mostrar hiperactividad. Primero, adelantó la renovación del programa, ampliado, y bajó a 3,2% la pauta de aumento mensual. Ahora, convocará a las empresas que, sospecha, se apartaron del acuerdo. Podría presionarlas con el siempre difícil acceso a permisos y divisas para importar (SIRA).
Las alimenticias y otras firmas de consumo masivo miran dos variables claves, que seguirán escalando si la inflación no se contiene: dólar y salarios. Si ambas siguen aumentando en línea con el IPC oficial y muy por encima de la pauta de Precios Justos, el cumplimiento del programa se resentirá.