Los datos de consumo correspondientes a septiembre muestran dos caras de una realidad económica que no logra anclar expectativas y se mueve al compás del día a día. Primero fue la pandemia pero ahora las dudas sobre el valor del dólar están generando mayor incertidubre a futuro.
Mientras el consumo masivo - alimentos, bebidas, productos de higiene y limpieza- volvió a mostrar caídas en septiembre según varios relevamientos privados, la compra de bienes durables se recuperó de la mano de sectores con capacidad de ahorro que buscan "ganarle" a la devaluación adquiriendo autos, motos, electrodomésticos o volcándose a la construcción como refugio de valor.
De acuerdo al relevamiento mensual de Scentia, el consumo masivo registró el mes pasado una caída del 2% interanual, hilvanando cinco meses en rojo. Por su parte, el Índice Express que elabora Nielsen Argentina arrojó una baja de 2,5% en el agregado de las distintas categorías de consumo de bienes esenciales, mientras que para Focus Market, la contracción es incluso más profunda, 5,1% en septiembre contra el mismo mes del año anterior.
En un año atravesado por la pandemia de Covid-19 el comportamiento de los consumidores se movió del stockeo inicial de alimentos y productos de limpieza, que derivó en un salto en las compras de esos bienes en marzo y abril, a una mayor diversificación del consumo, conforme se iban abriendo distintas actividades comerciales.
Sin embargo, en las últimas semanas las turbulencias en el frente cambiario empujaron la compra de bienes durables.
"La situación del mercado cambiario enciende señales de alerta: si se llegara a disparar el dólar oficial, habría un salto inflacionario que agravaría la caída de ingresos de las familias, impactando negativamente sobre el consumo en el corto plazo", señala un informe de la consultora Ecolatina.
En ese caso, incluso llegaría a su fin la sensación de dólar barato que incentiva la compra de bienes durables, llevando a caídas en las ventas en estos rubros. Y en el mismo sentido caería el consumo masivo por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores.
Para Ecolatina en un escenario de pandemia, que aún no se sabe hasta cuándo durará y con inestabilidad en materia cambiaria, "el nivel de actividad no volverá al cierre de 2019, al menos, hasta 2023", incluso si apareciera la esperada vacuna y se levantaran las restricciones a la circulación en el marco de la pandemia.
Así, la situación de los próximos meses luce muy delicada, asegura el informe. "A pesar de que los problemas sanitarios se atenúen, la tensión del mercado cambiario podría frenar el rebote del consumo en general", considera Ecolatina. Por el contrario, hoy pareciera que habría chances de recuperación del consumo sólo si la pandemia cede y se afljan las tensiones sobre el peso.