La industria automotriz produjo 257.187 autos y vehículos comerciales livianos en 2020, informó la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa ). El volumen representa una caída del 18,3% contra las cantidades de 2019, de acuerdo con las estadísticas de la entidad. Fue, también, el peor año para el sector desde 2003, cuando se fabricaron 169.621 unidades. El número final de 2020 no llegó, siquiera, a igualar las 260.402 hechas en 2004.
Lo propio ocurrió con las exportaciones y las ventas mayoristas (de terminales a concesionarias). La industria automotriz argentina envió al exterior 137.891 vehículos el año pasado, un 38,5% menos que en 2019 y el menor volumen, también, desde la salida de la crisis. En 2003, las exportaciones ascendieron a 108.058 unidades y a 146.236 al año siguiente.
En tanto, las ventas internas sumaron 312.789 vehículos el año pasado, una caída del 16%. Fue el volumen más bajo del mercado local desde los 311.961, también, de 2004. La semana pasada, la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) había informado que el mercado interno cerró 2020 con 342.474 patentamientos, un 25,5% menos a los del año previo. Hay que retroceder a 2005 (340.403 matriculaciones de 0 km) para encontrar un volumen similar en la curva estadística de la cámara de los vendedores oficiales.
Las automotrices habían iniciado el año con la expectativa de, por lo menos, igualar el volumen de producción de 2019 (314.787 vehículos) y, así, revertir la caída –del 32% contra 2018– que experimentaba la industria. Pero, ni bien arrancaron, la pandemia de coronavirus las sumió en un profundo valle. A partir de la cuarentena, decretada el 20 de marzo, las fábricas paralizaron su actividad y empezaron a retomarla, paulatinamente, a mediados de mayo. En abril, por ejemplo, por primera vez en la historia, la producción del sector fue cero.
Para agosto, ya todas habían vuelto a trabajar. En septiembre, varias lograron remontar el camino y retomaron sus niveles diarios previos al aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Por el desplome del mercado interno de 2019 –se derrumbó a la mitad ese año–, las automotrices apostaban a la recuperación de las ventas externas, que habían justificado el 71,2% de la producción del año previo. No obstante, en 2020, los despachos al exterior explicaron sólo el 53,6% del volumen fabricado. El año pasado, Brasil, cuyo mercado interno cayó 26%, compró 91.114 unidades, 59.272 menos que en 2019. Si bien mantuvo relativamente su participación entre los 35 destinos a los que se envían los vehículos locales –66,1%, contra algo más del 67% el año anterior–, esto fue gracias, principalmente, al achicamiento de la torta de exportaciones.
A contramano, se produjo una reanimación en las ventas domésticas durante el segundo semestre, a partir del ensanchamiento de la grieta cambiaria. Los autos, vale recordar, cotizan a dólar oficial. Así, un mes atrás, los ejecutivos del sector ya confiaban en un mercado interno cercano a las 350.000 ventas, bastante por encima de las menos de 300.000 auguradas en plena cuarentena.
Las ventas a concesionarios de autos de producción nacional crecieron 17,2%, a 103.282 vehículos. Dos de ellos estuvieron en el podio de los más patentados. Como en los últimos dos años, la pick-up Hilux, de Toyota, encabezó el ránking, con 19.064 unidades, 24,1% menos que en 2019. Por su parte, el Fiat Cronos, que FCA produce en Córdoba, registró 16.558, una aceleración del 49,4% contra el año anterior.
Otro factor que contribuyó a amortiguar la caída de la actividad en las fábricas fue el ingreso en producción de nuevos modelos. Tales los casos del Peugeot 208, la pick-up Alaskan, de Renault, y el Taos, de Volkswagen.
Aun así, el sector no alcanzó las 275.000/280.000 unidades esperadas para el año pasado. Las restricciones por problemas logísticos –producción suspendida por piezas no llegadas a tiempo o demoras en la aprobación de las licencias de importación– fueron la principal razón. Es, también, la mayor sombra que hoy se cierne sobre los pronósticos de producción para este año, cuyo objetivo es volver a superar la línea de las 300.000 unidades. Por lo pronto, los más optimistas hablan de un mercado interno de 450.000 ventas.
Por lo pronto, diciembre dejó motivos para brindar. Con 16 días hábiles, las terminales produjeron 30.172 unidades, 7,4% menos que en noviembre, pero 107,7% por encima del último mes de 2019. Esto, en gran parte, debido a que, el año anterior, la mayoría de las fábricas licenció al personal en esa época y, en 2020, lo hicieron en forma escalonada, hasta abril, inclusive.
En tanto, las exportaciones, 17.200 vehículos, fueron una mejora del 49,5% contra noviembre, aunque un rebaje del 9,3% contra diciembre del año anterior.
Finalmente, en el cierre de 2020, las terminales les facturaron a sus concesionarios 38.994 autos, 24,1% más que en el mes previo y 25,2% por encima del volumen registrado en los últimos 31 días de 2019. Esto último es indicio de una demanda relativamente fuerte, que llevó a que las automotrices recompusieran su oferta, desde hace dos años, regida por el ajuste de stocks.