La evolución del precio de los alimentos es sin dudas uno de los puntos más delicados para el Gobierno a la hora de hablar de inflación, y las últimas cifras que difundió el Indec muestran el por qué de esa situación. En el último año este segmento mostró un crecimiento de 66,4%, en tanto que si se mide el comportamiento a lo largo de lo que va de 2022 el alza fue de 39,9%.
En ambos casos estas cifras muestran un incremento más elevado que la inflación general, con 64% y 36,2% respectivamente.
Esto, incluso, pese a que en junio pasado se dio una desaceleración del avance que venían mostrando los precios del rubro "Alimentos y Bebidas", que cerró con una inflación de 4,6%, contra el 5,3% de la canasta en general.
Siguiendo con la medición del Indec de junio pasado, estos movimientos fueron bastante similares en todas las regiones del país. El punto más alto se dio en el Gran Buenos Aires con un 5%, y le siguieron Cuyo y Patagonia (4,6%), y las regiones Pampeanas, Noreste y Noroeste (4,3%).
Movimientos más marcados
En la comparación interanual, en cambio, se ven variaciones algo superiores. En la Patagonia se dio el movimiento más fuerte, con un 68,2%, seguido de cerca por el Noreste y Noroeste (67,3%).
En el GBA los incrementos interanuales fueron del 66,9%, mientras que en la Región Pampeana se tocó el 65,3%, y en Cuyo el 65,2%.
Esta dispersión tiene que ver también con los diferente precios que se pueden encontrar en las diferentes zonas del país. Así se desprende también de un listado elaborado por el Indec, que refleja el costo de vida en cada lugar.
Por ejemplo, el precio del pan francés tocó un techo promedio de $ 311,80 en el Gran Buenos Aires, en tanto que en el otro extremo aparece Cuyo, con $ 241,09.
Si se toma como referencia el arroz blanco simple se encuentra por $ 136,95 en el GBA, pero en la Patagonia creció en junio hasta los $ 169,26. Lo mismo ocurre con la carne picada común, que va de los $ 686,83 en GBA, hasta los $ 871,35 en la Patagonia.