Los plazos fijos tradicionales volvieron a perder contra la inflación en noviembre y acumulan tres meses consecutivos de rendimientos reales negativos. El Indec informó este martes que la variación de precios del anteúltimo mes del año ascendió a 3,2%, por lo que quedó por encima de la tasa mínima garantizada para los depósitos minoristas, cuya tasa nominal anual (TNA) está fijada en 37%. Es decir, 3,08% mensual. La última vez que el BCRA elevó la TNA para los plazos fijos minoristas, cabe recordar, fue el pasado 12 de noviembre. Sin embargo, no alcanzó para quedar por encima de la inflación correspondiente a dicho mes.
Este rendimiento real negativo explica, en parte, el deterioro del stock de plazos fijos visto en los últimos tres meses en términos reales. Tras escalar de forma sostenida desde que se implementaron las tasas mínimas garantizadas a mediados de abril y hasta inicios de septiembre, período en el que trepó de $ 1,37 billones a $ 2,08 billones, dicho stock se estancó en términos nominales.
Septiembre, cabe recordar, fue el primer mes en el que la TNA de los plazos fijos minoristas dio un rendimiento real negativo. En aquel entonces, la tasa mínima garantizada se ubicaba en 33,06% (2,75% mensual), y la inflación fue de 2,8%. Desde entonces, la variación de precios acumulada fue del 10,1%, por lo que el stock de plazos fijos mostró una caída en términos reales del 9,2%.
"Esta caída se da en un contexto en el que la tasa que paga un plazo fijo ya empezó a quedar bastante por detrás de las expectativas de inflación y devaluación. Eso naturalmente deprime la demanda de instrumentos en pesos a tasa fija, y por eso el Gobierno debería avanzar de forma urgente con mejorar la tasa para que por lo menos no pierda contra la inflación, que probablemente se ubique por encima del 3,6% en diciembre", explicó Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria.
Más que la inflación pasada, quien coloca un plazo fijo debe mirar la inflación proyectada hacia adelante. Y en ese punto, las perspectivas no lucen más optimistas. El 3,9% de inflación núcleo informado ayer por el Indec para noviembre no augura una desaceleración. Tampoco el último Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central (BCRA), en el que los analistas consultados ajustaron al alza las expectativas de inflación para los meses venideros y estimaron que llegará al 50% interanual en 2021.
Amilcar Collante, economista de Cesur, agregó otra variable que explica la caída. "Más allá de la inflación, los ahorristas buscan un rendimiento comparado con el dólar. Cuando hay un salto importante del tipo de cambio paralelo, se estanca esa evolución del stock de plazos fijos. Desde mediados de octubre se ve que los plazos fijos van perdiendo dinamismo y si bien la situación se estabilizó, todavía falta para que la gente vuelva a volcarse a plazos fijos o renueve los que ya tiene", dijo.
Respecto a dicha estabilización, Collante explicó: "La suba de tasas de mediados de noviembre y una estabilización de la brecha jugaron a favor para que la caída no sea mayor, pero sigue latente la expectativa de devaluación. El escenario de incertidumbre, que ahora está más estabilizado pero con medidas de corto plazo o no tan sostenibles en el tiempo, lleva a pensar que tal vez falte más incentivo por el lado de las tasas de interés".
Por último, sumó que "si uno mira la permanencia de las colocaciones, claramente hay un sesgo a hacerlo a cortísimo plazo", y al respecto argumentó que "esa también es una señal de que la incertidumbre no cedió".