El Gobierno quiere extender el régimen de blanqueo de capitales de la construcción a la importación de bienes y servicios para producir e incluyó en el proyecto de ley de Presupuesto 2023 un artículo para que las personas y empresas declaren dólares y puedan emplearlos para compras al exterior.
El artículo 72 del texto que ingresó el jueves por la noche al Congreso propone agregar el capítulo "Incentivo a la Inversión y Producción Argentina" a la ley 27.679 de blanqueo para la construcción, que el Congreso prorrogó hace unas semanas por un año, hasta agosto de 2023.
El blanqueo alcanzará a la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior. Los fondos deberán depositarse en una Cuenta Especial de Depósito y Cancelación para la Inversión y Producción Argentina (Cepro.Ar). Y solo podrán emplearse para el pago de importaciones "para consumo, incluidos servicios, destinados a procesos productivos".
Alícuotas al dólar oficial
Los fondos blanqueados pagarán una alícuota especial del 5% en los primeros 90 días del régimen, que subirá a 10% entre los 90 u los 180 días y al 20% desde entonces y hasta el fin de la ventana para exteriorizar. Como las se calculan con el tipo de cambio comprador del Banco Nación ($ 141, en la actualidad) y el dinero se conserva en moneda dura, el costo es incluso menor.
Las personas que blanqueen dólares para importar sortearán el Sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF) con el que la Administración Federal de Ingresos Públicos restringe el acceso a divisas para pagar compras al exterior. Pero deberán contar con el permiso del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), que gestiona la Secretaría de Comercio.
El proyecto es similar a un pedido que, este martes, le hizo la Confederación General Empresaria (Cegera) al secretario de Comercio, Matías Tombolini. La cámara que preside Marcelo Fernández pidió "una exteriorización de activos externos para la industria", que se destinen al pago de maquinarias e insumos. Los bienes de capital tienen un régimen de acceso a divisas más ágil.
En distintas reuniones, Tombolini y otros funcionarios anticiparon a sectores económicos que las trabas para pagar importaciones continuarán. El Banco Central extendió hasta fin de año el cueto de divisas y la obligación de financiar compras a 180 días. A la vez, Economía y el Banco Central pidieron a empresas que adelanten sus planes de inversión para planificar el acceso a las divisas durante el año próximo. Según una encuesta de IDEA, los ejecutivos planean hacer solo inversiones de mantenimiento y no de ampliación de producción.
Objetivo: reservas
El proyecto de ley de Presupuesto está armado sobre la base del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Buscará bajar el déficit primario a 1,9% del PBI y acumular reservas netas por u$s 4000 millones. Las proyecciones de crecimiento e importaciones hacen prever que la actividad se moderará para cumplir con esas metas.
El Gobierno proyectó que 2022 terminará con importaciones por u$s 95.772 millones, 34% más altas que las del año previo. Gran parte de ese gasto estuvo explicado por la disparada de los precios de la energía, que a su vez obligó a restricciones cambiarias adicionales. Para 2023, la cifra caería 2,7%, a u$s 93.203 millones. Incluso asumiendo una menor necesidad de combustible -por el gasoducto Néstor Kirchner y la desaceleración económica- la proyección de compras al exterior supone que las trabas continuarán.
Las exportaciones de bienes y servicios subirían un módico 2%, hasta los u$s 105.550 millones, luego de haber trepado 35,7% anual en 2021 y con un cierre de año estimado en 18,4% de aumento. El Gobierno prevé que los altos precios de los commodities continuarán, pero ya no alcanzarán para dinamizar al sector externo. El superávit comercial cerraría este año en u$s 7751 millones, con pagos récord de energía y se elevaría a u$s 12.346 millones en 2023.