Apesar de los nocivos efectos del coronavirus en la economía global, la Argentina "salvaría la ropa" en el frente externo al consolidar otro año de superávit comercial en torno a los u$s 18.000 millones, ya no por un incremento de los envíos al exterior sino por un mayor declive de las importaciones, de acuerdo a consultoras privadas.
La semana pasada, el Indec informó que en los primeros seis meses del año el comercio internacional arrojó un superávit de u$s 8097 millones, un 43% más encima de los u$s 5.635 millones que se contabilizaron entre enero y junio del año pasado. Sin embargo, el intercambio comercial (exportaciones e importaciones) en el mismo período comparado cayó 16%, de los u$s 55.944 millones en 2019 a u$s 46.679 millones en 2020.
El director de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, dijo a Télam que "el superávit sumará u$s 10.000 millones en el segundo semestre, por lo que la balanza comercial alcanzaría u$s 18.000 millones, producto de un desplome del 20% interanual de las importaciones, que será mayor al de las exportaciones, que rondará el 11%".
Esta proyección coincide con la de Abeceb, que estimó un superávit en torno a u$s 17.800 millones, una cifra equivalente a 4,9% del PBI. La consultora relacionada con el exministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, estima una retracción promedio del 12,2% para las exportaciones a u$s 57.189 millones y un descenso del 19,8% en las importaciones a u$s 39.421 millones, según consignó la agencia de noticias estatal.
Por su parte, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto evitaron especular con el desempeño de la balanza comercial hacia fin de año, aunque destacaron que el mercado global seguirá ávido en la demanda de bienes esenciales, entre ellos los insumos necesarios para combatir la pandemia de Covid-19, y asimismo asegurarse la provisión de alimentos, donde la Argentina tiene potencial para crecer.
En los últimos días, la Cancillería que comanda Felipe Solá presentó un relevamiento de oportunidades de exportación que tiene foco en la demanda alimentaria, y asimismo lanzó un Consejo Público Privado de Exportaciones para propiciar que más actores entren al comercio fronteras afuera.
En paralelo, los importadores siguen en conflicto acusando a la Secretaría de Industria de aplazar sin razón las licencias no automáticas, lo cual escala la tensión pese a la calma que intenta bajar desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, cuya cúpula conduce Matías Kulfas.