Virgin Atlantic Airways se sumó al quiebre masivo de aerolíneas a raíz de los efectos de la pandemia del coronavirus en la actividad aeronáutica mundial. En este caso, la firma del empresario londinense Richard Branson se declaró en bancarrota y solicitó el Capítulo 15 de la ley de Quiebras estadounidense.
De ese modo, la firma fundada en 1984 por el holding Virgin Group Branson estará protegida contra demandas de sus acreedores y accionistas mientras trabaja en un plan de reestructuración de su deuda, que asciende a los u$s 1600 millones. En un comunicado, Virgin Atlantic alertó que se quedaría sin caja durante septiembre en caso de no aprobarse un rescate financiero.
"El grupo y su negocio se vieron perjudicados durante la actual pandemia del Covid-19, que causó una paralización sin precedentes en la industria mundial de la aviación comercial", enfatizó la aérea en su presentación.
"La aviación global fue una de las primeras industrias que se vio afectada por la crisis sanitaria y es probable que sea una de las últimas en recuperarse por completo", detalló la aérea, que explicó que la demanda de reservas se desplomó 89% interanual, mientras que el pronóstico para el segundo semestre de este año espera una merma del 75%.
Branson, multimillonario ingles, es el propietario del aglomerado Virgin Group Branson, que engloba a más de 360 empresas con diversificación en múltiples industrias. Con una fortuna que asciende a los u$s 5100 millones de dólares, el empresario se ubica entre las diez personalidades más ricas del Reino Unido.
Con una participación del 49%, el accionista mayoritario Delta Airlines apoyó el proceso de reestructuración que está llevando a cabo la firma británica. "Delta se mantiene firme apoyando a su socio Virgin Atlantic en su plan de recapitalización anunciado en julio", confió. Delta, en tanto, atravesó el mismo proceso con la aerolínea chilena Latam, de la cual controla el 20% de sus acciones.
La bancarrota de Virgin Atlantic Airways no es la primera que sufre Branson en lo que va del año. En abril, su subsidiaria australiana Virgin Australia entró en un proceso administrativo de quiebra por una deuda de u$s 6800 millones con aproximadamente 12.000 tenedores de deuda.