Las aerolíneas internacionales que operan en la Argentina enfrentan más turbulencias de cara al reinicio de vuelos al país. El lunes, las compañías fueron notificadas que los vuelos domésticos no podrán despegar, al menos, hasta el 12 de octubre, como anticipó El Cronista. Así, se echó por tierra las expectativas de reinicio el 1º del mes próximo.
Pero las compañías que operan rutas internacionales a la Argentina, además, se ven afectadas por el nuevo recargo de 35%, a cuenta de Ganancias, que alejaría aún a más argentinos de la posibilidad de volar al exterior. Ese recargo se suma al Impuesto PAIS del 30%, que rige desde diciembre, y a las tasas que se abonan y se suman a la tarifa aérea.
Ante este escenario, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) pidió al Gobierno que revea la aplicación del recargo del 35%. Pero, mientras avanza ese pedido, Jurca, cámara que reúne a las aéreas internacionales que operan en el país, elevaron un pedido de reunión a la AFIP y al Ministerio de Transporte, en el que reclaman una serie de medidas sobre la aplicación de ese nuevo tributo. Por el momento, ninguno de los organismos contestó a su pedido.
Qué piden
Sobre el recargo de 35% reclaman, en primer lugar, que se lo exceptúe del impuesto a los débitos y créditos bancarios, ya que, de lo contrario, estarían pagando un impuesto sobre un impuesto: no es dinero que cobran, sino que perciben de los compradores para girarlo al Estado. “Lo mismo sucedió cuando surgió el Impuesto PAIS: se pidió y se logró la exención”, explicaron fuentes del sector.
Además, reclaman un plazo de liquidación y pago de ese nuevo tributo, conforme al calendario de clearing de IATA, ya que, de lo contrario, deben abonarlo antes de cobrarlo, con fondos propios de las compañías; este tema también había sido planteado cuando se aplicó el Impuesto PAIS y el Gobierno admitió y dio lugar a este reclamo de las aéreas. Por último, pidieron un plazo para implementarlo en los sistemas administrativos y contables, ya que, aseguran, no es algo que pueda incorporarse de un día para el otro.
Por otro lado, reclaman, además, la derogación del régimen de percepción previsto por la RG 3819/2015, que aplica un recargo de 5% a cuenta de Ganancias a las compras de pasajes o servicios al exterior en efectivo, que quedó vigente desde 2015, pese a que el Gobierno anterior había eliminado el 35% de recargo que existía previamente, a cuenta de Ganancias.
El impacto de estos impuestos no es menor. Según un cálculo de IATA, un pasaje de Buenos Aires a Miami con una tarifa de u$s 500, termina costando al viajero argentino u$s 929, es decir, un 85,8% más. A los u$s 500, se le suman u$s 150 de Impuesto PAIS, u$s 51 de tasas aeroportuarias, u$s 10 de Migraciones, u$s 8 de tasas de ANAC, u$s 35 de DNT (Fondo Nacional de Turismo) y u$s 175 por el recargo de 35% a cuenta de Ganancias. El mismo ejemplo, aplicado a una tarifa de u$s 800 de Ezeiza a Madrid, termina costando u$s 1445, un 80% más.
La preocupación de las compañías no para de crecer ya que, en un contexto adverso por el coronavirus, el reinicio de las operaciones será más complicado aún: necesitan no sólo subir a extranjeros a los aviones hacia el país, sino también a argentinos que viajen al exterior, para mejorar la ocupación a bordo.
“La suspensión de la aviación en el país durante más de seis meses ya ha dado lugar al cierre de una aerolínea nacional y el anuncio de tres aerolíneas internacionales que no volverán al mercado una vez que se permita la reanudación de los vuelos. Esto tendrá un impacto significativo en la conectividad aérea del país y la imposición del nuevo impuesto reducirá aún más el atractivo del país para las aerolíneas”, destacó IATA, en un comunicado. Se refiere a Latam Argentina, que dejó de operar en el país, al anunciar el cierre de la filial, y a Air New Zealand, Qatar Airways y Emirates, que también informaron que no volverán a conectar a sus países de origen con Ezeiza tras la pandemia.
En el sector se teme que, entre la extensión del cierre de fronteras por la crisis sanitaria y los altos impuestos, que alejan aún más la alicaída demanda de pasajes internacionales en el país, más compañías decidan no volver a conectar con Ezeiza. “Que no se enojen después si más líneas aéreas anuncian que se van. No hay un solo plan de incentivo para que se queden o vengan más empresas al país. En otros países, se redujeron tasas aeroportuarias, de servicio de rampa y de otro tipo. Acá no sólo no se redujeron, sino que se aplican más impuestos que complican aún más la operación. Por la pandemia, pedimos la suspensión del Impuesto PAIS pero siguió vigente. Las aéreas no van a ir a destinos donde pierden más dinero”, advirtió una fuente del sector a El Cronista.
Por el covid-19, IATA estima que la demanda en el mercado argentino se reducirá en 2020 “por lo menos un 67% con respecto a 2019. Como resultado, los ingresos de las aerolíneas generados por el mercado se reducirán en u$s 3260 millones, lo que pondrá en peligro 19.820 empleos directos y disminuirá la contribución de la aviación al PIB del país en u$s 1630 millones".
Sobre el nuevo recargo del 35%, IATA aseguró que la decisión de fijarlo “no podría haber llegado en un peor momento''. Debido a las medidas implementadas para enfrentar el Covid-19, la aviación en la Argentina ha estado en tierra durante medio año. Aún no contamos con una fecha oficial para el reinicio de los vuelos domésticos e internacionales y nos imponen más impuestos gubernamentales. Así no se puede reactivar la demanda, ni se permitirá a esta industria ser un catalizador de beneficios sociales y económicos que contribuya a mejorar la debilitada economía del país y su población una vez que se reanuden las operaciones tras la pandemia”, destacó María José Taveira, Country Manager de IATA para Argentina, Paraguay y Uruguay.