El Gobierno decidió un cambio de postura respecto de su relación con los empresarios. Pero no puertas adentro, sino puertas afuera.
La reunión que a comienzos de esta semana mantuvo el ministro de Economía, Martín Guzmán, con algunos de los integrantes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) no cayó del todo bien en el ala más kirchnerista del Gobierno, y generó algunos cortocircuitos.
La impresión que hay en ese sector del oficialismo es que al empresariado en general se le da un espacio de diálogo importante -para algunos incluso es demasiado-, pero que luego los hombres de negocios no hacen más que remarcar todos los puntos en los que, a su entender, el Gobierno está errado, y les marcan el camino.
"Para llevar a cabo eficazmente la tarea de volver a poner en marcha el aparato productivo del país, así como para alentar nuevas inversiones es fundamental evitar los controles de precios, así como el congelamiento de tarifas que tensionan la ecuación económica de las empresas. Debe además garantizarse el derecho de propiedad y evitarse la aplicación de impuestos confiscatorios que alejen de la Argentina a empresas y personas", sostuvo AEA tras el encuentro con Guzmán.
Así fue como se decidió un cambio de estrategia. El Gobierno no debe dar una imagen de debilidad ante el mundo empresario. "No se pueden dejar pasar estas cosas. Ya llegó un punto en el que después de cada encuentro se dice cualquier cosa", afirmó una fuente consultada por El Cronista.
Lo que se busca, en definitiva "es hacer un poco de kirchnerismo".
Los primeros en dar una muestra de esto fueron el propio Guzmán y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
"Nuestra responsabilidad es que todos los sectores de la economía sean parte del diálogo, pero también es responsabilidad de los empresarios aceptar que la conducción la tenemos nosotros", apuntó durante una entrevista en radio AM 750.
Y luego continuó en esa tónica, aunque dejando la puerta abierta al diálogo. "Puede haber diferencias de visiones, pero el punto es que la conducción la tenemos nosotros. Importa mucho el diálogo y ayuda, tomando la responsabilidad de aceptar que quien gobierna somos nosotros", remarcó.
Luego, en diálogo con Radio con Vos, Kulfas también habló de los reclamos. "Los empresarios siempre van a pedir todo lo que esté en su agenda", sostuvo.
Los hombres de negocios de casi todos los sectores siempre destacaron el espacio de diálogo que abrió el Gobierno en general, aunque también son muy críticos de algunas de las medidas que adopta (o no), una situación que evidentemente no cae bien en algunos despachos oficiales.
Otro de los desencuentros con el mundo empresario tiene que ver con la liquidación de exportaciones por parte del agro, que tras los anuncios del Gobierno sobre la pequeña baja en las retenciones, anticiparon que no se debía esperar un aluvión de ventas.
Según las cifras oficiales, en octubre último totalizaron $ 1.715 millones, lo que representó una baja de 4% en comparación con el mes anterior. Esta cifra no es la que esperaba el Gobierno, que reconoce que las cuentas no son las previstas.
Para este mes se espera que pueda haber un cambio de tendencia. Pero no porque haya una mejora en las retenciones -de hecho crecerán este mes hasta un 31,5%- sino porque el Gobierno y el campo negocian un proyecto de ley que tiene como objetivo mejorar las condiciones de producción del sector, pero al mismo tiempo incrementar su nivel de exportaciones. De allí debería salir también un acuerdo tácito para que el agro incremente la liquidación de exportaciones.