En Italia y España (nuestras madres patria) hace rato que las defunciones superan a los nacimientos; en ambos países el crecimiento poblacional (escaso) viene de la mano de la inmigración.
Argentina podría ingresar dentro de poco en esa dinámica si observamos esta tabla de datos:
Claro que a esta ecuación hay que sumarle el saldo migratorio: la diferencia entre las personas que llegan a radicarse al país (fundamentalmente paraguayos y bolivianos) y quienes emigran a otros países (fundamentalmente España, Estados Unidos e Italia).
En España, el último dato disponible muestra 464.417 fallecimientos vs. 329.251 nacimientos, con un claro negativo en torno a las 130.000 personas. Para resaltar: en España están falleciendo casi la misma cantidad de personas que en Argentina, con poblaciones muy similares pero con una pirámide mucho más envejecida en la península ibérica.
En Italia, la situación es mucho más acentuada: en 2022 fallecieron 713.000 personas y vinieron al mundo 393.000 niños, una diferencia negativa en torno a las 320.000 personas.
En Argentina los datos migratorios son menos accesibles y homologados, sobre todo por la facilidad de obtener ciudadanía en el país. En total, un 6,4% del total de la población de nuestro país nació en el extranjero.