Es cierto, el gobierno de Macri se concentró en cambiar el clima de negocios y las expectativas (Mini Davos; la visita de Obama) desde su llegada, algo que se condice con un cambio de política más centrada en la Inversión que en el Consumo como motor de la actividad económica.
Pero se puso plazos y objetivos que prefirieron no observar que los cambios iniciales en los precios relativos (en especial el tipo de cambio y las tarifas) iban a afectar la inflación.
Quizás Macri y sus economistas pensaron que las inversiones iban a llegar rápidamente. Es cierto, había otra expectativa pero del dicho al hecho…
Las últimas semanas, en tanto, han mostrado a los empresarios con más recelo que hace 6 meses y esa es una realidad. El acercamiento de Massa al Kirchnerismo trajeron más incertidumbre.
Al repasar el año económico de Cambiemos se observa, además, que la devaluación de Prat-Gay acompañada de unas altas tasas de interés implementadas desde el Banco Central que luego el propio ministro exigió bajar recuerdan el mismo periplo de Axel Kicillof con Vanoli (de hecho si se mide el tipo de cambio entre octubre de 2013 y febrero de 2014 la devaluación del peso es similar a la del último cuatrimestre noviembre-diciembre-enero-febrero).
La actividad no cambió mucho si se comparan los mismos indicadores. Las ventas minoristas -según CAME- cerrarán apenas unas décimas por debajo de las de 2014, por ejemplo.
La caída interanual en indicadores de la construcción (Indice Construya, despacho de cemento) fue mayor que la de la recesión que capitaneó Kicillof pero la merma en la producción de autos fue más leve, según datos de Adefa.
Obviamente con mejora en el tipo de cambio y eliminación de retenciones (menos para la soja que pasó del 35% al 30%) la actividad agrícola fue la gran ganadora de 2016, mostrando una clara mejora.
Otros indicadores atados a esto fueron los únicos brotes verdes que puede mostrar Macri en su primer año de gestión: agromáquinas, pick ups liderando los rankings de ventas de autos 0Km (rubro que este año será positivo y que no lo fue en 2014), son evidentes ejemplos.
Con un 2016 parecido en lo macro a un 2014 se puede esperar que el año próximo haya cierto rebote, como ocurrió en 2015.
El cambio de clima y aciertos de políticas económicas (Ley de Pymes, Energías Renovables, Reparación histórica a jubilados) seguramente hará que el crecimiento del PIB duplique a ese 1,5% del año pasado pero los interrogantes siguen abiertos: ¿volveremos a hablar de otro año recesivo en 2018? ¿Estamos condenados a que el electrocardiograma de nuestra economía se parezcan más a un serrucho que a una ladera ascendente?
Cambiemos no pudo responder esas preguntas durante su primer año. Hay que ver si puede en lo que resta de su gobierno.
En la macro, el primer año de Macri y Prat-Gay se parece mucho al 2014 de Cristina y Kicillof
Devaluación, recesión y alta inflación. Eso ocurrió hace un par de años y la promesa de Cambiemos (segundo semestre de rebote, lluvia de inversiones, inflación del 25%, baja del déficit) no se concretó y este año terminará muy parecido a aquel en lo económico. Analizamos mes a mes las variables que lo comprueban. Más, a continuación.