Luego de más de 40 años, Babbylon cierra su histórico local en el centro de Córdoba (habrá un last dance con sus clientas de toda la vida)

(Por Luisa Heredia) Valentina Mendelberg, tercera generación a cargo de esta marca cordobesa señaló varios factores que terminaron por resolver el cierre del local. “El Estado y la Cámara de Comercio hace mucho que nos soltaron las manos a los comerciantes del centro”.

Cuando ya es una rareza encontrar una boutique en el centro de Córdoba donde se vestían las generaciones de abuelas, madres e hijas, Babbylon da un portazo frente a la impotencia de luchar con decenas de frentes de batalla abiertos.

Hace un año Valentina Mendelberg reinvirtió en la renovación de la estética del local de peatonal 9 de Julio 151, sin saber que el cambio de dueño de la propiedad y una suba de alquiler impagable, la iba a llevar directamente al cierre de sus puertas.

Mendelberg es la tercera generación de una familia dedicada al rubro textil que campeó todas las batallas mientras se reinventaban una y otra vez. Sin embargo la apertura de las importaciones, la ventas on line y las ferias rebosantes de ropa con precios ridículos, hacen insostenible un comercio como Babbylon que apuesta a otros valores y conceptos.

Mendelberg es administradora de empresas, tiene  sólo 28 años y nació y creció entre prendas, tejidos, hilos y vaivenes económicos. En diálogo con InfoNegocios contó cómo vive las últimas horas de Babbylon.

La historia de Babbylon y los Mendelberg se remonta a 1976 cuando Carlos y Charo, un joven matrimonio de emprendedores, abrió un local en Galería Planeta dedicado a la venta de tejidos de Mar del Plata, “muy de moda en esa época” cuenta Charo a InfoNegocios. “Nos fue muy bien y entonces Carlos pensó (porque todo el mérito es de él) ¿Por qué no tejemos nosotros? Y tomó la batuta porque él era muy audaz y emprendedor”, agrega Charo de Mendelberg. “Teníamos el 33 y yo 30 años, y decidimos tomar tejedoras a mano y a máquina. Llegué a dirigir 73 tejedoras y ese fue el comienzo de todo”, agregó la señora Mendelberg.

“Los diseños más audaces eran de Carlos, pero luego resultaban ser los más exitosos. Después llegó la importación de China, el cashmilon y ya no se podía competir a pesar de que nuestro producto era de mejor calidad. En 2001 cerramos la fábrica”, señaló Charo.

InfoNegocios: ¿Cuándo tomaron la decisión de cerrar Babbylon?
Valentina Mendelberg: Hace un mes y medio.

IN: ¿No renovaron contrato o subió mucho el alquiler?
VM: En octubre de 2024 remodelé el local y en mayo de 2025 lo vendieron. Ahí se empezó a encarecer el alquiler. Al principio tratando de mantenerlo un poco más de lo que venía pagando pero ya sabía que lo iban a subir bastante más alto. Sumado a todo el tema de las importaciones y que el centro no es lo que era, todo se fue complicando y tomé la decisión de cerrarlo.

IN: ¿Cuánto pagabas de alquiler y a cuánto te lo subieron?
VM:
Venía pagando $1.900.000 más $1.000.000 de expensas que es una particularidad de Galería Libertad que tiene  las expensas muy altas. Y me lo querían llevar a cinco millones, la peleé y terminé cerrando en $ 3.100.000 más las expensas, pero ya me habían dicho que era una base muy barata y que la próxima renovación iba a ser bastante más alta. El locador es nuevo y no me conoce a mí, no sabe que hace más de 40 años que estamos aquí, pero a él no le mueve la aguja. A mí ya no me conviene un costo fijo tan alto.

IN: ¿Este negocio era de tus padres?
VM:
El negocio era de mis abuelos, yo soy la tercera generación.

IN: ¿Siempre se dedicaron a la moda femenina?
VM:
Siempre tuvimos fábrica. Fabricábamos tejidos y la gente  que nos conoce de toda la vida sabe la calidad de los tejidos. La marca al principio se llamaba Factory y luego cambió a Babbylon. Tuvimos fábrica hasta el corralito que decidimos cerrar la fábrica. Tuvimos locales en el Nuevocentro y también Patio Olmos, también tuvimos en Rodríguez del Busto en el Libertad y ahora nos quedaba este local y otro en zona sur en el Supermercado Disco.



IN: ¿Siempre estuviste vinculada a este negocio de tus padres y abuelos?
VM
: Sí, siempre.  Me gusta y me encantaría fabricar también.

IN: ¿Cómo viviste vos todo el proceso que fue cambiando la forma de comprar de la gente?
VM
: Siempre hay algo para que el comerciante la siga peleando. Yo justo agarré el negocio en el Covid. Si no es el covid, o un cambio de gobierno, o el foco está puesto en un Mundial, pero siempre hay algo que te hace estar muy atenta y atrás de las ventas. Esta es la primera importación que vivo como cabeza del local y pega fuerte si no viene acompañada de otras medidas que apaciguen un poco los costos nuestros. Imaginate que nosotros trabajamos con muchas clientas que son grandes y la gente grande compra en Shein también. Pegó muy de lleno y también en cuanto a los costos. En el centro tenemos locales con los que no competimos porque te ofrecen dos remeras por $ 15.000 y yo no entiendo cómo se logra los costos para venderlo así. Entonces en cuanto a la competencia pega directo, más para un comercio intermedio que somos nosotros. Porque no somos una marca enorme con una espalda grande ni un productor que puede escatimar en los costos. Somos intermediarios entonces nos pegó de lleno la apertura de las importaciones sin un acompañamiento. Porque si hubiese habido una disminución en las cargas sociales, impuestos o algo, alguna ayuda, no fue fácil de sostener.

IN: ¿Cuándo dejaron de tener ropa de su propia marca y cuándo empezaron a importar o comprar otras marcas?
VM:
Más o menos alrededor del 2005. Ahí empezó el paso de la fábrica a la compraventa. Porque en ese momento hubo una apertura de importaciones, se traía mucha mercadería de China pero era más fácil comprar y vender a buen precio y buena calidad. Es todo un cambio no solo por el tema importaciones, crisis del centro, también de un cambio estructural macro de la forma de comprar de la gente.

IN: ¿Tuvieron casos de que más de una generación se vistió en Babbylon?
VM:
Sí, un montón. Madre e hijas siguen viniendo. También hay clientas que todavía tienen productos nuestros por la buena calidad que manejamos.

IN: Eran los únicos que traían Burma, los famosos tejidos del Uruguay
VM:
Sí, también trabajamos una marca de mallas Marzon que eran excelentes. Vars también trabajamos y ahora tiene locales propios esa marca. Ahora no es tan fácil conseguir mercadería de buena calidad a  un precio razonable.

IN: ¿Se incrementaron mucho las ventas cuando pusiste el cartel que cierra Babbylon?
VM:
Sí, totalmente. También tiene que ver que es diciembre. Es un mes en el que la gente consume más.

IN: ¿Qué les dicen sus clientes por cerrar el local?
VM
: Son comentarios muy buenos, pero con mucha melancolía porque la gente se acuerda de las cosas que se compraron acá.

IN: ¿Están preparando algo especial para el cierre en sus redes sociales?
VM:
Sí, porque tengo muchas fotos, incluso de modelos con nuestros tejidos cuando teníamos fábrica.Es una historia muy linda la de mis abuelos y mis padres.



IN: ¿Cómo se llaman tus abuelos?
VM:
Carlos y Charo (Rosario). Ellos tuvieron la fábrica, luego se enfermó y se hicieron cargo mi papá y su hermano y mi abuela. Ellos diseñaban los modelos, fue una historia muy linda.

IN: ¿Te arrepentís de haber invertido en rediseñar el local?
VM:
No, porque no me esperaba el cambio en 2025. Aposté a una nueva imagen, para fomentar una modernización y también tenía planeado desarrollarlo on line, pero desde mayo de este año se empezó a notar los golpes, y se fue posponiendo la reinversión y se apostó a tratar de salvar esto y también siento que se cumplió un ciclo. Empieza a pasar esto de la apertura de las importaciones y ni hablar del centro.

IN: ¿Qué sentís que pasa con el centro?
VM:
Es rarísimo porque hay marcas que vienen y apuestan por el centro, pero también hay muchos locales que no tienen ni nombre y mucha mercadería a costo super bajos, muchas ferias que te bajan los costos de todo. Este local está remodelado con una estética muy linda, entonces yo le di un valor agregado estético y siento que no acompaña el entorno y no se valora eso. Entonces siento que acá se cumplió un ciclo. Y otro tema que también es que con la pandemia hubo un cambio en los barrios ya que hay microcentros en cada barrio y eso hace que la gente no venga al centro. Las galerías están muertas, poca inversión. Nadie invierte en el centro. Los adornos de Navidad de la peatonal los pusieron el día 12 de diciembre, entonces no hay acompañamiento ni ayuda. Por suerte los comerciantes están muy al tanto y están armando propuestas. En mi caso ya fue tarde.

IN: ¿Qué dicen los comerciantes de todo esto que pasa en el centro?
VM:
Hay mucho enojo con las decisiones que se fueron tomando. El hecho de sacar los colectivos de la 27 de Abril fue un golpe al centro porque fue lo que más flujo de gente traía al centro. Hoy la gente toma los colectivos en boulevard San Juan y está más cerca de Nueva Córdoba. De a poco nos fueron soltando la mano.

IN: ¿Y la Cámara de Comercio?
VM
: Por ejemplo con el tema de los feriados, nadie sabe si se trabaja o no porque no hay quien baje una directiva  entonces termina siendo una charla entre comerciantes a un día de un feriado. No hay comunicación efectiva en radio, en tele. Por mucha puja de los comerciantes se está tratando de mejorar eso. Hay una aplicación que se llama Más Centro y es un desarrollo de los mismos comerciantes y ofrecen descuentos, bonificación en los colectivos para que la gente venga al centro. Pero todas son acciones de los comerciantes.

IN: Cómo venís trabajando en cuanto a las ganancias
VM:
La vara es super baja, porque los meses malos son muy malos. Por eso yo ya no me imaginaba un enero viable, un febrero y marzo que también son meses flojos. Pero uno estaba acostumbrado a afrontar eso porque si venís de un año bueno, la pasás, pero con un arrastre de un año malo, un enero-febrero ya no lo puedo transitar.

IN: ¿Cuánto tiene la gente en mente gastar en una prenda?
VM:
Este último tiempo, más de 30 mil pesos la gente le parece caro. No es una transición fácil. Yo que viajo a comprar mercadería, el año empezó con ciertos costos y los mismos fabricantes están bajando los precios y lo hacen porque te obliga el mercado, no porque te cueste menos fabricar. Y en eso sí tiene responsabilidad el Gobierno en no haber acompañado esa apertura de importaciones, sumada a la crisis que sigue habiendo.

IN: ¿El local de barrio Jardín es tan grande como este?
VM:
Sí, pero con los costos bastante más bajos. Y otro público. Allá abrimos sábados y domingos porque estamos en un centro comercial del Disco.

IN: ¿Cuál es el diferencial de Babbylon?
VM:
No sólo la calidad de la ropa, sino también la atención al público, la cordialidad, el asesoramiento. Nuestras clientas nos dicen que van a otros locales y no las atienden o las atienden mal. Trabajamos mucho desde lo humano, no sólo con la ropa.

IN: ¿Tus abuelos son de Córdoba?
VM:
Mi abuelo es de Santa Fe. Se casó con mi abuela en Córdoba. Luego se fueron a vivir a Israel, porque mi abuelo es judío, mi abuela no. Vivieron unos años allá y cuando volvieron empezaron a emprender con la ropa.

IN: ¿Cuál fue la mejor época de Babbylon?
VM: Década de los ‘80 y ‘90. Había fila para entrar, teníamos que dar números para atender a los clientes.

IN: ¿En lo personal qué vas a hacer?
VM:
Lo cierro y tal vez haga una marca más personal. Estudié administración de empresas. Yo valoro mucho la atención al público pero hoy en día no busca ni que lo atiendan. Hay que tener en cuenta eso.

IN: ¿Crees que el centro se pueda revitalizar?
VM:
En este momento siento que no hay inversión. Tal vez en un futuro sí. Hoy hay mucho desgaste, si bien las  nuevas generaciones valoran el centro porque no es que no haya nadie tampoco. Pero necesita un acompañamiento y una reinversión. Las galerías tienen un concepto muy lindo, pero nadie pone plata en alguna propuesta atractiva. Un buen restaurante por ejemplo como la Oriental. También una armonía estética para generar cosas para el turismo también.
Al centro le falta valor agregado ya sea en lo estético o en las propuestas.

IN: El horario de cierre de los negocios también atenta contra la vida del centro
VM:
Es lo que te digo, no hay bajada de línea, no hay quien diga que el horario del centro se tiene que respetar.No hablo de una regulación municipal tampoco. Hay gente que quiere mantener su comercio abierto, pero todos los de tu alrededor están cerrados, o no abren un feriado no se puede trabajar así. No han soltado la mano a los comerciantes del centro.

IN: Cuando decís que les soltaron las manos a los comerciantes del centro ¿a quién o quiénes te referís?
VM:
El Estado y  la Cámara de Comercio. En la pandemia una chica de la Cámara de Comercio me hizo un seguimiento y ayudaban y después nunca más. O suben un artículo sobre qué va a pasar determinado feriado y luego no se sostiene. El mismo 8 de diciembre dijeron feriado nacional, mandaron encuestas para saber quién iba a abrir y quién no y luego no mandaron más nada. Entonces no sabíamos nada y no había nadie en el centro ese día. No se genera un acompañamiento. Imaginate un comerciante nuevo. Hay mucha gente que quiere emprender, no faltan ganas de trabajar.

IN: ¿El día del cierre harán algo especial?
VM:
No exactamente el día del cierre que es el 31 de diciembre, sino entre Navidad y Año Nuevo. Convocamos a nuestras clientas para que traigan alguna prenda de Babbylon, brindaremos y será nuestro last dance.

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