Existen tres modelos: de pared, portantes y quemadores, para adaptar a diseños propios. No obstante, para el jardín son ideales los segundos que no se fijan y se trasladan sin esfuerzo. La estética es contemporánea, simple y con pocos materiales, porque el único protagonista es el fuego. El funcionamiento es sencillo, utilizan quemadores alimentados con bioetanol, sin conexiones eléctricas o de gas, no son contaminantes, no generan humo, cenizas ni olor, y tienen gran potencial calórico.
Hay modelos pequeños para ubicar en una mesa, “Tavola” ($ 840), de acero inoxidable y vidrio, tiene una capacidad de 1 litro de bioetanol y según la regulación de la llama aporta hasta 2.012 cal/hora durante unas 2 horas.
“Faro” ($ 1060) es otro modelo versátil a cualquier espacio, con capacidad de 0,80 l, algo más de 2.600 calorías por una hora y media.
Distribuidos en el parque, aparecen “Torre” y “Pilar” ($ 2.150) modelo cilíndrico el primero y con líneas rectas el otro, y si quedan a la intemperie no hay problema, porque tienen drenaje de agua de lluvia y tapa para proteger el quemador. Aportan algo más de 2.500 cal/hora por cuatro horas.
Por último, la perlita “Vulcano” ($ 3.900) de inmaculado blanco y formas orgánicas, muy de esta era.
En Córdoba están en Interiorizate (Ayacucho 538 Güemes) donde asesoran cuál es el más adecuado.