Se trata de un tono marrón rojizo que emula al vino que lleva el mismo nombre por el lugar donde es producido, Marsala (Sicilia).
Es un color oscuro que le aporta calidez a los ambientes cuando se los incorpora en el hogar ya sea en objetos decorativos como en pintura.
Combina con tonos suaves y claros -no sólo con el color crema, el beige o el marrón claro- también con azules y verdes.
A pesar de ser un derivado del rojo, cuando se lo combina con éste, el Marsala no redunda ni recarga los ambientes. De hecho, es perfecto para utilizar con marrón oscuro también.