Eckersley O'Callaghan está a cargo de este ambicioso proyecto que promete marcar precedente no sólo en materia de arquitectura, sino que en ingeniería e incluyo estética: una pileta flotante entre dos edificios en Londres.
La piscina se sostiene entre las estructuras de 10 pisos cada una del complejo de departamentos de lujo "Embassy Gardens", en el suroeste de la la ciudad.
La pileta estará hecha de acrílico y no vidrio para evitar que se quiebre fácilmente y se adapte a los movimientos de cada edificio.
"El problema es que los dos edificios se mueven de manera diferente cuando los golpea el viento, así que estamos tratando de instalar una estructura frágil entre esos dos bloques de apartamentos que oscilan de forma separada", explicó Brian Eckersley, uno de los ingenieros a cargo del desafío.
En este sentido, el especialista indicó que la estructura también permitirá mantener la transparencia que generará el efecto de suspensión y el índice de refracción similar al del agua. "No tienes esa distorsión que existe entre el material y el agua cuando está contenido en un envase de vidrio", agregó.
Para mantener limpio el "contenedor", el agua se filtrará mientras que la superficie exterior se limpiara regularmente con la misma modalidad que se usa en los ventanales.
La pileta fue bautizada como la "piscina del cielo" ya que los nadadores flotarán -no entre las nubes- pero alcanzarán un efecto similar.