Los aires acondicionados portátiles vinieron a resolver muchos inconvenientes, especialmente en los departamentos. Para quienes alquilan ésta es una gran noticia, ya que evitan los costos de retiro y reinstalación de la unidad en caso de mudanza.
Vienen con rueditas y sólo hay que ubicarlos junto a una ventana para expulsar, a través de una manguera flexible, el aire caliente que generan. Además, no es necesario prever el desagote, el agua de condensación –generan muy poca- es recogida en el tanque de recolección, y cuando se llena, el visor de LCD indica código de error y la unidad se detiene; se retira el agua por la manguera y, en marcha de nuevo. Hay que tener en cuenta un lugar de guarda para cuando no se use.
Entre las principales marcas Surrey propone un artefacto de 2.700 frigorías –sólo frío- a $ 5.400. Peabody aporta un buen diseño cuadrado de 50x50x50 con 3.300 frigorías –frío/calor- a $ 6.300. Otra opción pueden ser los modelos de Atma y Philco con precios similares. En comparación con un Split son relativamente más caros, si tenemos en cuenta que uno de 3.000 frigorías está entre $ 3.000 y $ 3.500. Pero si sumamos los costos de instalación, aproximadamente $ 700 y sumamos que un portátil acondiciona todos los ambientes, la ecuación se compensa bastante.
“Frescor” móvil
(Por Sara Bongiovanni) Si donde vivís está vedado el espacio y las condiciones para instalar un Split (principalmente por las complicaciones de los desagües), la solución puede ser un aire acondicionado portátil con rueditas. Distribuye el aire fresco a cada uno de los ambientes y además no necesita una unidad condensadora al exterior, porque el equipo concentra todas las funciones, inclusive la de acumular el agua en el mismo artefacto y “avisa” cuándo es preciso desagotarlo.