Este hotel boutique, ubicado en pleno centro cordobés, es un edificio de 800 m2 cubiertos con una magnífica historia.
Vale agregar que entre sus cualidades post refuncionalización prevalece una armónica convivencia entre el pasado y el presente. Cuenta con 14 habitaciones categorizadas en: estándar, clásica, superior y de lujo, la diferencia taxativa radica en los m2 porque cada una tiene un tratamiento interiorista particular.
Cuatro están ubicadas hacia la calle por lo cual el DVH y doble abertura fue fundamental para aislarlas acústicamente; otras dos están en el lobby con ventanales que se abren a un patio de luz y las restantes se abren al patio central en ambos niveles.
Cada habitación tiene básicamente un área de descanso, de guardado y protección de objetos personales, de trabajo y el baño. Éste en cada una está ornamentado con una obra de arte en vidrio de la artista Cristina Gorordo (de La Pampa) y las bachas hechas por ella también en vidrio.
Eugenio Aguirre fue el encargado de trabajar parte del mobiliario que es exclusivo para el hotel; en las habitaciones, los respaldos en cuero vacuno que contrastan con la pared en tonos claros. Otra parte del equipamiento es factoría de artesanos de Santiago del Estero y los tejidos por tejedoras nativas de esa provincia.
Fotografía: Lucía Foglizzo.
¡Qué divino todo!
(Por Andrea Soria) Los hoteles boutique surgen en la década del ‘80 en Nueva York y se destacan especialmente por el plus que aporta el diseño. A diferencia de la estandarización que alcanzaron las grandes cadenas hoteleras, estos albergues de exquisita factoría comenzaron a valorarse por la excelencia de sus servicios y por una particular estética. Generalmente de m2 más reducidos y localizaciones no siempre tan favorables. De recorrido por la city, el Azur, es más que un ejemplo.