Inspirados en el aljibe construido por las primeras civilizaciones aparecieron las Scapt “Sistema de Captación de Agua Pluvial en Techos”, viable para una vivienda o un proyecto comunitario.
El agua recolectada se puede usar para riego, limpieza general, higiene personal, cocción de alimentos, para la agricultura, la ganadería y la industria en general. En caso de consumo humano la instalación suma componentes más complejos.
Las desventajas del sistema son dos: el costo es alto y la dependencia de las precipitaciones de la zona: en la ciudad de Córdoba el promedio anual es de 700 mm/año.
Por eso antes que nada se evalúan tres variables: factibilidades técnicas (datos de precipitaciones, área del techo necesaria, capacidad del tanque, etc.), económicas y sociales. Ésta última variable implica un proceso de concientización de parte de los beneficiados (cada uno necesita 200 litros por día), ya se trate de una comunidad o de la familia porque conlleva un esfuerzo conjunto en la etapa de mantenimiento (limpieza de canaletas y del reservorio de agua).
En pocas palabras, el sistema incluye un área de captación, una de conducción, un interceptor y un área de almacenamiento. La recolección y el costo dependen del diseño y materiales de los techos, por eso no es posible tener un dato preciso de lo que cuesta y lo que se almacena de agua.
Recolectando agua de lluvia
(Por Sara Bongiovanni) Los sistemas de captación de agua de lluvia reaparecieron en los últimos años en el diseño arquitectónico de algunas viviendas, ya sea nuevas o en construcciones preexistentes, sobre todo las que están en zonas donde el agua es escasa o nula.
A decir verdad es sencillo de instalar y ofrece muy buenos resultados cuando se valora su asistencia; por otro lado acompaña esta oleada de estrategias bioclimáticas, un tema extenso que motivará futuras entregas de esta sección.