El ex-Palacio de Correos y Telégrafos comenzó a construirse en 1889 y culminó en 1928 pero en 2009 se inició el proceso de restauración para convertirlo en un Centro Cultural.
El proyecto de recuperación fue anunciado por Néstor Kirchner en 2006, por lo que la Presidenta decidió bautizarlo en honor a él.
Se trata de un espacio de 100.000 metros cuadrados con nueve plantas considerado por el mismo Gobierno nacional como uno de los “centros culturales más grandes e imponentes del mundo”.
Es un “proyecto que coordinó el Ministerio de Planificación y que combinó planes arquitectónicos de vanguardia con un minucioso trabajo de restauración”, explicaron desde el Gobierno nacional.
Una de las joyitas del edificio son las viejas pizarras de la cúpula que fueron reemplazadas por una estructura vidriada equipada con sistema de iluminación LED que permite reproducir los colores de distintas banderas del mundo.
Las terrazas, por su parte, son “el primer punto panorámico público de la ciudad de Buenos Aires”.
El área histórica del edificio se mantuvo intacta para preservar y respetar el diseño de Norbert Maillart que data del siglo XIX. “El esplendor de esa época puede encontrarse en el Salón Eva Perón donde funcionó su despacho en las décadas del ‘40 y ‘50”, explican desde la Nación y agregan que el mobiliario es el original.
El edificio cuenta con una gran sala para albergar orquestas sinfónicas y sacarle provecho al sonido. Se trata de la sala “Ballena Azul” nombrada de esta forma por su enorme estructura curvilínea con capacidad de albergar 1.750 espectadores.
La protagonista de este espacio, sin embargo, es el órgano de viento de 3.500 tubos y 56 registros diseñado especialmente en Alemania.
Suspendido sobre esta sala se encuentra la “Gran Lámpara”, un espacio de 2.400 metros cuadrados divididos en dos salas cuyo diseño representa a las arañas clásicas de los teatros. Es ideal para alojar exposiciones ya que posee la luz, humedad y temperatura ideales que contribuyen a la preservación de las obras de arte.
La “Sala Argentina” tiene capacidad para 600 espectadores y es funcional para cualquier tipo de evento que se organice allí.
Finalmente, hay una sala dedicada a quien inspiró el nombre de este Centro. Se trata de “Sala Néstor Kirchner”, un espacio que tiene una instalación que versa sobre la vida del ex-Presidente.
“La exposición permite al visitante tomar contacto con el paisaje que acompañó el camino de Néstor Kirchner, y también con las voces y la presencia de sus compañeros de ruta más cercanos, de sus afectos personales y de las experiencias que forjaron su carácter”, indican desde la institución.
Entre estos allegados se encuentra Máximo Kirchner, quien tiene un espacio dedicado a la memoria de su padre con foto y audio incluidos.