En la nota de ayer referida al Ford Mondeo, comentábamos que más allá de la calidad del auto, por algunos desaciertos comerciales se había discontinuado su vínculo con el consumidor, intentando recuperarlo –con toda la carne en el asador- con el nuevo modelo llegado recientemente.
En el caso del Renault Laguna ocurrió algo similar. Cuando el modelo fue presentado (foto 2, 1994) sorprendió al mundo con un diseño moderno, redondeado, muy alejado de su antecesor, el Renault 21. Su computadora hablaba en 4 idiomas, algo inédito para el segmento, más allá de su dudosa utilidad práctica. Todo el confort para este nuevo integrante de la familia Renault que contaba con motores 1.6 de 107 CV a 2.0 de 140 CV (que se comercializó en Argentina) y un eficiente diesel 2.2 de 3 válvulas por cilindro y “dignos” 85 CV, que daban más de lo que podría suponerse a priori.
Hacia fines de la década recibió un ligerísimo restyling en su frontal e interior, y en menor medida en el sector posterior. Apareció el V6 de 190 CV y el diesel, con 115 CV. Ya esta versión reestilizada se alejó un tanto del éxito del modelo original.
Hacia 2000 apareció la 2ª generación (foto 3) con un diseño renovado y un frente controvertido, muy original pero alejado del “family feeling” de la marca. El modelo creció, de los 4.51 m hasta 4.57 m y fue el primer modelo de producción –a nivel mundial- en obtener las famosas y deseadas 5 estrellas de la EuroNCAP en las pruebas de choques. También innovó con el sistema tarjeta-llave, hoy de moda en muchos vehículos. Llegó a la Argentina, aunque con pocas unidades vendidas, insisto, creo que por falta de apoyo comercial al producto. En 2005 pasó por cirugía y modificó totalmente su sector frontal, ganando en ortodoxia, pero cediendo al mismo tiempo originalidad. Se ven algunas pocas unidades de esta serie. Al igual que la primera, contó con una versión rural (Grand Tour)
En 2008 aparece la 3ª generación (fotos 1, 5 y 6), con 4.7 metros, aunque antes ya se había dejado de comercializar en nuestro país. Estos “ingresos y egresos” del mercado no contribuyen a la buena salud de un modelo y generan incertidumbre en los consumidores.
Esta versión actual no forma parte del porfolio de Renault en el país, a pesar de haber trascendido que sería comercializada.
En Europa existen también versiones Grand Tour, GT y una coupé (foto 7) que disputa el liderazgo del segmento con el Peugeot 407 coupé.
Motorizaciones 1.5 dCI (sí, la misma base del que equipa al Clío, Kangoo y Megane II) con potencias de hasta 120 CV y 2.0 dCI con interesantes 180 CV y nafteras de hasta 250 CV.
Como novedad (si bien ya lo incorporaba el Honda Prelude de hace varios años) cuenta con el sistema de 4 ruedas directrices, girando las traseras en un pequeño ángulo, en el mismo sentido que las motrices para mejorar el giro en curvas a alta velocidad y en sentido opuesto para maniobras de estacionamiento.
En síntesis, un modelo precursor, adelantado, de gran prestigio, que perdió –al menos parcialmente- el romance con el mercado argentino.
Ojalá la casa francesa decida importarlo nuevamente.
Renault Laguna, un modelo con buena imagen (¿qué fue perdiendo?)
(Por José Manuel Ortega) Laguna. Un auto precursor en muchos aspectos. Un adelantado que no se comercializa en nuestro país. ¿Recuperará el terreno perdido?