¿En qué momento te diste cuenta de la importancia de ayudar a otras mujeres a emprender?
En el momento en que Sandra Nicolás, que era presidenta de CAME, me convocó a participar de Mujeres Empresarias. Empecé a ver que mi experiencia era útil en la construcción de la seguridad de otras mujeres, porque realmente a veces tenemos miedo, tenemos dudas y cuando vemos que hay casos reales que se pueden transmitir, eso le da un poder a la mujer para poder emprender ellas mismas sus proyectos. Eso, al menos a mí, me hace sentir muy feliz, porque dialogamos, conversamos, y uno puede ayudar volcando sus experiencias.
¿Qué habilidades crees que debemos aprender las mujeres para entrar en el mundo de los negocios?
Mira, las mujeres son todas muy visionarias, muy creativas, y sobre todo pasionales; esas son tres virtudes importantísimas, pero tenemos que aprender a escuchar, a ver las cosas con ojos no tan sentimentales, sino quizá de manera más racional cuando emprendemos un negocio. Eso nos abre una nueva perspectiva, que complementa nuestra característica de multifacéticas.
Lo que tenemos que tener en cuenta es no guiarnos tanto por la parte afectiva solamente, sino por el aspecto comercial del negocio, ver que a futuro ese negocio rinda, que sea rentable.
¿Cuál fue la mirada masculina que te ayudó a ser empresaria?
Yo creo que todo se lo debo a mi esposo: uno en el matrimonio detecta la mirada del otro, de sus necesidades. Porque nosotras miramos a toda la familia, a los hijos, a los padres y al esposo. Y cuando él tenía un proyecto que era elaborar un producto premium gourmet para exportar, las mujeres, que generalmente tenemos eso de ser ecónomas, de la cocina, podemos canalizar un buen proceso productivo, somos objetivas en la higiene y así me fui arrimando un poco a su proyecto.
Cuando empezamos a exportar me di cuenta que la forma de expresarse de una mujer en el momento del negocio, al estar junto a mi esposo, garantizaba la confianza. Después mi esposo descubrió en mí esa capacidad, que yo también descubrí en mí misma.
Las mujeres tenemos que acompañar al hombre, es tan importante la conjunción, la unión, sean esposos, sean socios ese trabajo conjunto entre los dos es lo que logra mayores objetivos y mayores rendimientos en lo que uno hace.
¿Cómo equilibrás la vida familiar, personal con la empresarial?
Desde que me casé, mi marido siempre tuvo comercio: se dedicó a la parte gastronómica, con regalos empresariales, yo siempre acompañé.
Yo soy profesora de Educación Física y daba cátedra en magisterio y en educación física infantil y me repartía, en el momento que mis hijos llegaban a casa yo estaba, porque podía acomodar las horas cátedra y cuando ellos hacían sus actividades o deportes yo me dedicaba a la parte comercial, teníamos cuatro comercios.
Me gustaba mucho la parte de regalos empresariales, de ahí que conozco a varios empresarios. Cuando me jubilé como profesora empecé a viajar con mi marido. Y me dí cuenta que para las mujeres cuando tenemos cierta edad se abre otro canal para realizarse como persona, que lo descubrí ahora a través de mi esposo, y él vio mi capacidad.
Mis hijos ya son grandes uno es contador y el otro hace comercio exterior, tienen sus familias, entonces te das cuenta que este segundo periodo de nuestra vida, como mujer, la vida me brinda este desafío y como siempre viví intensamente y apasionada y con amor a lo que hago también estoy descubriendo que mi vocación de dar, a mis hijos, a las futuras docentes y ahora a las mujeres que tendrán sus futuros negocios.
¿Crees que el liderazgo tiene género?
Yo creo que si. El liderazgo tiene género, pero tiene género femenino y tiene género masculino.
El único problema que tenemos nosotras las mujeres, porque los hombres son líderes ya de por sí y las mujeres estamos tratando de liderar en las diferentes estructuras sociales. Lo que nos cuesta más y seguimos apostando a ayudarnos entre nosotras, a escucharnos y poder ponderar a las mujeres que mucho tienen para dar y de las cuales mucho tenemos para aprender.
No es el hombre o la mujer. ¿No puede haber líderes mixtos, que compartan y crezcan juntos? Si somos un complemento. En la vida desde que realizamos una familia nos complementamos.
¿Por qué no podemos llegar a través de nuestros géneros a proyectarnos en las organizaciones en forma conjunta?
Creo que no es o la mujer o el hombre, son juntos y las mujeres tiene mucha capacidad, pero tienen mucho sentimiento y mucha pasión; el hombre tiene mucha estructura racional entonces nos vamos complementando y eso es fundamental para lograr los proyectos.
Por ejemplo, en la rama que me compete, de la alimentación está liderado por mujeres, en los laboratorios, incluso en el comercio exterior y en otras áreas en lo que es la medicina, la cirugía plástica son hombres.
En algunas áreas nos complementamos y en otras tenemos que asumir que nosotras por ahí somos más débiles que los hombres y por el otro lado cuando hay que hacer un trabajo en equipo, donde hay que tener en cuenta varios factores lo hacemos de manera sobresaliente.