Tenemos un hermoso desafío. Es posible cambiarlo, achicar ese indicador a su mínima expresión. El mercado laboral nos está invitando a ocuparlo, reinventarlo, dándole equidad y miles de nuevas oportunidades de trabajo y desarrollo.
En los últimos 50 años las mujeres hemos conquistado múltiples espacios. Logramos votar, estudiar en universidades, hasta ser presidente de países. Estamos viviendo un cambio paradigmático, donde las posibilidades de mejora, transformación y conquista son ilimitadas.
Somos vulnerables, ésta característica nos permite enfrentar nuestros miedos, culpas, angustias y desde allí accionar, generando espacios de encuentro, crecimiento personal y profesional. Podemos crear y dar vida, cobijar, cuidar. Tenemos capacidad de gestionar varias tareas, de empatizar rápidamente. Somos leonas capaces de todo si nos lo proponemos. Desde allí, nada es imposible. O, ¿todavía dudamos de la fuerza de una mujer? Y ¿dudamos de la fuerza de un grupo de mujeres?
Me animo a dejar posibles soluciones, o puntos de partida en pos de más y mejor empleo femenino.
Empezar por conectarnos con lo genuinamente femenino, encontrando la fuerza en nuestro interior. Creo que si cada una de nosotras realiza sus roles como mujer, amiga, mamá, esposa, emprendedora, empresaria, maestra, etc. con amor podemos construir un mundo mejor.
¡Conectar con los anhelos, los proyectos, la esencia de cada una y sin miedo, dejar todo para seguirlo y emprender! Si comenzamos nuestro sueño, nos convertiremos en generadoras de nuevos espacios y podemos generar empleo. ¡Nos levantemos y accionemos!
Otro aporte es dentro de nuestras empresas trabajar por la igualdad de género, dar posibilidades. Contratar mujeres para todas las posiciones, sin discriminar. Pagar el mismo sueldo por puestos de la misma responsabilidad sin distinguir géneros.
Como consumidoras apoyar los proyectos de emprendedoras femeninas, comprando sus productos, y recomendándolos. Si ellas crecen generan más puestos de trabajo.
Como ciudadanas ocupando diversos espacios (ONG, partidos políticos, Asociaciones, etc.) que generen marco para que la mujer, sin dejar de ser mujer-mamá, pueda trabajar.
Seguramente cada uno de nosotros podemos aportar nuevas ideas. Sé que podemos. Yo puedo, vos podes, todos juntos podemos. Hay mucho trabajo por delante, hay camino, y si hay camino hay esperanza.
El mercado del trabajo muestra un desempleo femenino del 12% (hay mucho laburo por hacer)
(Por María Ángel Andreali Elizalde) Hoy en Córdoba el desempleo femenino es alto, llegando en algunas ciudades como, por ejemplo, Río Cuarto, al 14%. Los datos son duros, pero permiten la comparación y nos sacan del juicio de valor, invitándonos a reflexionar, buscando soluciones para mejorar la realidad.