No es fácil ser Apple, como no era fácil ser Steve Jobs y convivir con él. Imponerse retos y objetivos que siempre parecen fuera de los límites de lo posible podría ser una fuente inagotable de frustración, sin embargo también puede resultar un método para obtener logros que a nadie siquiera se le ocurriría plantearse.
Reducir en más de un 20% el espesor y el peso de una tableta que ya es cómoda de portar y utilizar ¿tiene sentido de fijarse como un objetivo? Probablemente para la gran mayoría de los fabricantes de tecnología de consumo no lo tenga, pero sí para Apple, una compañía que lleva en su ADN eso obsesión tan característica de su desaparecido fundador y sobre la cual tantas páginas se han escrito.
Todas las marcas pueden concentrarse en lograr productos útiles, potentes, de diseño agradable, de atractivas especificaciones, de bellas líneas, de precio competitivo y como vemos en el mercado realmente lo logran, algunas con mayor relevancia en algún aspecto y otras alcanzando un buen equilibrio entre todos ellos que hacen de sus dispositivos, equipos atractivos en cualquier país del mundo.
Apple, está obligada a más, siempre a más. Primero por la prepotencia de la impronta que le impuso su líder, que luego se hizo cultura y consecuentemente lo que desde siempre esperan de ella los usuarios. Para cualquier fabricante pasar de utilizar un chip de 32 bits a uno de 64, ya sería motivo de presentaciones grandilocuentes e intensas campañas de difusión hablando del incremento en la potencia de cómputo de los nuevos equipos. O si con las mismas especificaciones y desempeño consiguiera reducir el peso, el espesor y con ello mejorar la portabilidad en más de un 20%, causaría el mismo impacto. Incorporar una pantalla con la máxima resolución que puede distinguir el ojo humano, es un hito en sí mismo.
Para la empresa de Cupertino, nada de esto es suficiente tanto para su propia mirada como para la de sus usuarios. Entonces ¿qué más? Porque siempre debe haber algo más. Y allí aparece el diseño
Un exterior cuidado hasta la obsesión. Un claro mensaje de que la belleza no es un opcional en la tecnología, al menos no para ellos. La armonía en sus líneas, superficies, bordes y contornos hablan por sí mismas. Podría no ser así e igual serían gadgets interesantes, pero así además son deseables y a ese nivel llegan muy pocos. Que saludable es que tipos así existan.
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