En este momento y desde enero de este año, los bancos en Europa deben garantizar la disponibilidad, previa autorización de sus clientes, de los datos de cuentas a terceros no bancarios, de una forma regulada y segura. Además, los terceros también pueden iniciar pagos en representación de los clientes. Esto es lo que se conoce como Open Banking (Banca Abierta).
De esta forma, los bancos publican sus Interfaces de Programación de Aplicaciones (APIs por sus siglas en inglés), sabiendo cómo se van a usar los componentes y la información expuesta y los terceros no bancarios desarrollan nuevas o mejores ofertas para los clientes. Similar a como cualquier tercero puede incluir mapas de Google Maps o el botón de conexión con Facebook en sus portales de internet.
En este contexto, un nuevo estudio de Accenture, “The Brave New World Of Open Banking”, reveló que los bancos necesitan adoptar una estrategia de Open Banking para seguir siendo competitivos, relevantes y ganar en la economía digital. El estudio, en el cual se encuestaron a 100 ejecutivos de grandes bancos, reveló que el 65% de los encuestados considera que Open Banking es más una oportunidad que una amenaza; el 52% lo ve como una forma de diferenciarse de sus competidores tradicionales; y el 99% planea realizar inversiones importantes en iniciativas de Banca Abierta para 2020.
Según revela el estudio, a medida que los bancos adopten una estrategia de Open Banking, será cada vez más fácil para un mayor número de entidades no bancarias monetizar su alcance de distribución y la confianza de los clientes a través de una asociación con un banco tradicional. En este tipo de modelo, el desafío para los bancos será seguir siendo el socio preferido en lugar de reducirse a un proveedor de productos básicos.
“Open Banking puede beneficiar tanto a la banca tradicional como a los nuevos jugadores (por ej. fintechs) y conducir a niveles más altos de actividad económica general a través, por ejemplo, de una mayor bancarización”, señaló Diego Zorzoli, director ejecutivo de Accenture. En la misma línea, entre los principales beneficios mencionados por los encuestados se destaca la creación de nuevas fuentes de ingresos, posibilidad de ofrecer servicios no tradicionales y reducción del time-to-market.
Globalmente, bancos como DBS en Singapur o Commonwealth en Australia ya tienen portales donde exponen sus APIs a terceros no bancarios con gran éxito. Localmente, aunque se espera que la regulación determine las reglas del juego, ha sido la presión competitiva la que ha hecho que algunos jugadores comiencen a tomar acciones puntuales. En esta línea, un banco local ya expone su portal “API Bank” y otros han coordinado hackatones y eventos centrados en el uso de APIs y su potencial de negocio.
“Inevitablemente, nos estamos moviendo hacia un mundo en el que el intercambio de información (previa autorización del cliente), se convertirá en la regla en lugar de la excepción. Con base en la combinación de regulación, expectativas del cliente y tecnología mejorada con foco en ciberseguridad, se empezarán a ver una proliferación de aplicaciones y propuestas de valor apalancadas en Open Banking tanto a nivel global como local”, señaló Zorzoli de Accenture.
Es así como los bancos deberán determinar cómo aprovechan las oportunidades derivadas de una estrategia de Open Banking. Hacerlo será un desafío fundamental, ya que gran parte de los bancos locales todavía cuenta con sistemas legados poco flexibles o carecen de las habilidades y capacidades necesarias para definir y ejecutar una estrategia de este tipo.