Nuevas aplicaciones han causado disrupción en el mercado hotelero. Sin embargo, la tecnología también está ayudando a esa industria a crecer y adaptarse a los nuevos tiempos. La industria hotelera enfrenta desafíos que pueden determinar su modalidad en los próximos años.
Una serie de aplicaciones que llevan como referente a Airbnb, ponen en contacto a viajeros con dueños de casas o apartamentos, parecen a simple vista una solución ideal pero al fin y al cabo quien ofrece una habitación no es un profesional de la industria y eso puede causar algunos inconvenientes.
Aunque los usuarios tengan un lugar donde alojarse, no podrán encontrarse con un conserje o una recepción que atienda solicitudes como las de una reserva, una servicio de habitación que ofrezca de comer a la madrugada o a cualquier hora del día y mucho menos con alguien que resuelva cosas como planchar una camisa.
Sin embargo, la tecnología también está ayudando a que la industria hotelera pueda ofrecer nuevas formas de alojamiento que, sin perder los beneficios de un hotel, solucionen problemas a los que todos se han expuesto estando de viaje.
Las llamadas microestadías, por ejemplo de 3, 6 o 12 horas son un «nuevo producto», que hoy los hoteles pueden ofrecer gracias a aplicaciones como ByHours.
Los costos fijos de una habitación, se ocupe la habitación o no, seguirá siendo el mismo, ya sea por los gastos de estructura, licencias, mantenimiento o suministros en zonas comunes.
De ahí que aplicaciones que le permitan a los usuarios comprar paquetes de tres, seis y doce horas y acceder a todos los servicios de un hotel, le abra las puertas a nuevos canales de venta.
Tener una habitación vacía en el hotel, durante alguna hora del día o a la noche, es una pérdida con su consecuente costo en términos de dinero y de usuarios que buscan servicios dirigidos a sus necesidades. Se trata de ofrecer un ‘win-win’ en el sector, por la flexibilidad del servicio que se le ofrece a miles de usuarios que reservan habitaciones unas horas, y por el beneficio que aporta al hotel.
Por ello, plataformas que le apuesten a ayudar a los hoteles a ingresar a la economía colaborativa, donde se quien elige qué, cuándo y cómo se da el servicio se convierten en una buena alternativa para complementar sus ventas y vender habitaciones vacías o revender las ya reservadas antes del check-in del huésped. Además, esto atrae una tipología de cliente business, viajero y local, que hasta ahora no tenía en consideración hacer una reserva.