Antes de recorrer su vertiginoso crecimiento es importante comprender qué es “banda ancha”. Se puede apurar una definición y afirmar que es “Internet de alta velocidad”. La banda ancha puede transmitir datos de tamaño grande o pequeño, pero lo importante está dado por la velocidad, que hace posible múltiples comunicaciones de datos a la vez o transferir elementos muy grades (de muchos Bytes) en un tiempo muy corto. Por supuesto no hay un límite de velocidad y por eso hoy se comparan las velocidad de internet entre países.
El avance de conexiones a internet del tipo “banda ancha” se produjo de manera paulatina. En sus inicios, el acceso a Internet con esta tecnología crecía de la mano de las universidades. A nivel residencial la posibilidad de conectarse a internet dependía no sólo de las zonas en que se iban habilitando los nuevos servicios sino también del nivel socioeconómico al que se apuntaba. Al principio, fueron los segmentos de ingresos más altos los que contrataban los servicios de internet de alta velocidad.
El primer proveedor de Banda Ancha en Argentina, y aún vigente, fue Fibertel. Allá por 2003 la banda ancha comenzó a avanzar de manera sostenida, junto a la recuperación económica del país, como modalidad preferida de acceso por parte de los usuarios. En ese año la cantidad de abonados a internet de banda ancha creció un 35% al pasar de algo más de 150.000 en 2002 a más de 203.000 hacia finales del año en cuestión, según datos de Carrier y Asociados.
A partir de allí, la tecnología dial up comenzó a retroceder en favor de la banda ancha. Y así fue hasta que en la primera mitad de 2005 ambos tipos de tecnología se repartieron el mercado en partes iguales, con una curva en constante ascenso de parte de la alta velocidad contra un declive inexorable de las alternativas 0610.
En 2013 el 100% del mercado de conectividad en la Argentina correspondía a la tecnología de banda ancha en sus diversas modalidades. En ese año ya se registraban más de 6,2 millones de cuentas de banda ancha, de acuerdo a datos del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). La curva continuó mostrando comportamiento ascendente. Según IDC (International Data Corporation) el año 2016 finalizó con más de 7,16 millones de conexiones de banda ancha, y en el segundo trimestre de 2017, alcanzaron los 7,21 millones de accesos.
Los desafíos de la banda ancha son muchos. De cara al futuro, se presenta como parte fundamental para el ecosistema de hiperconectividad que se viene. Todos los objetos físicos podrán ser conectados (lo que se conoce como IoT: Internet Of Things o Internet de las cosas) en los hogares, oficinas, escuelas, fábricas y ciudades.
A nivel nacional, se prevé conectar siete millones de nuevos usuarios residenciales de Internet en los próximos cuatro años. Según el Estudio Cisco Visual Networking Index, para 2021 habrá un total de 34 millones de usuarios conectados a Internet en la Argentina, lo que representa el 73% de la población. Uno de los índices de penetración más altos del planeta.
Cómo pasa el tiempo, ya 20 años de banda ancha
(Sebastian Gaviglio) Desde 1997 hasta ahora, dos tecnologías fueron predominantes en el mercado local: el cablemódem y el ADSL. En los inicios surgieron también algunas propuestas inalámbricas pero no prosperaron. La banda ancha sigue más vigente que nunca y se adapta a las nuevos cambios.