Todo indica que el desarrollo de productos sustentables no es una tendencia pasajera del mercado, sino una decisión de compra que llegó para quedarse. La creciente crisis medioambiental trae aparejada una conciencia cada vez mayor acerca de la necesidad de cambiar hábitos nocivos, medir el impacto medioambiental de la vida cotidiana e incorporar prácticas más saludables.
De esta forma, la famosa generación de los millennials, que actualmente representa el 30% de la población latinoamericana y el 22% de la argentina, exige productos que cuiden el medioambiente y aporten a una causa social, por más que sean más caros.
Incluso se esfuerzan por conocer a las marcas antes de consumirlas: más del 45% de los latinoamericanos buscan información de los productos antes de comprarlos, por lo cual no hay forma de evadirlos.
Es por esto que las principales firmas masivas están poniendo el foco en ello. Hacia 2025 los millennials representarán el 75% de la fuerza de consumo a nivel mundial, y buscan ser más confiables ante la mirada del público para lograr una buena atracción del consumidor.
En este sentido, la sustentabilidad ha calado tan hondo que incluso generó impacto en la naturaleza del negocio de miles de compañías hacia un camino más ético. Cada una desde su sector y muchas a través de planes de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), han comenzado a incorporar tecnologías que vuelvan a sus productos y servicios más ecofriendly, disminuyendo su huella ecológica y aumentando su reputación corporativa.
Uno de los sectores en mayor crisis es el energético, tanto que en Argentina se están invirtiendo 160.000 millones de pesos para paliarla con obras de generación térmica, nuclear y renovable que aumentarán en más de 20% la capacidad real de producción de energía.
En este contexto, se ha vuelto indispensable el ahorro de energía eléctrica, tanto a nivel masivo –en industrias, torres corporativas, instalaciones urbanas- como a nivel doméstico. Para lograr este desafío, se han desarrollado alrededor del mundo innovaciones para ser aplicadas en electrodomésticos y dispositivos electrónicos. Un ejemplo es la tecnología Inverter de LG, que garantiza una disminución en el consumo no sólo de electricidad sino también de agua.
Esta tecnología es comúnmente vista en aires acondicionados. El LG Art Cool Inverter, por ejemplo, reduce hasta un 35% el consumo eléctrico a través de la utilización de compresores de velocidad variable, a diferencia de los compresores de velocidad fija, lo cual significa que puede ajustar la velocidad del compresor para mantener la temperatura deseada con una mínima variación de energía.
Muchas de estas tecnologías han sido reconocidas en el ranking Top Ten de consumo energético presentado por la Fundación Vida Silvestre Argentina en marzo, que informa acerca de los electrodomésticos energéticamente más eficientes del mercado argentino. Estudios realizados por dicha organización aseguran que, implementando políticas de eficiencia energética, se evitaría generar 6.000 MW, lo cual equivalen a dos represas hidroeléctricas similares a Yacyretá y a un ahorro de 31.000 millones de dólares para el año 2030.
El 74% de los millennials pagaría más por un producto sustentable
(Sebastian Gaviglio) La sustentabilidad avanza en todo tipo de negocio y son los consumidores los que la avalan demandando productos y servicios responsables obligando a los mercados a adaptarse.