Corría 2009 cuando dos sujetos como Eric Friedman y James Park vieron algo que mucho se había intentado en aquel entonces pero nadie había logrado de manera óptima: combinar el ejercicio con la tecnología. Así nació Fitbit, una compañía que 13 años después vendió más de 120 millones de dispositivos en más de 100 países y que despertó el apetito de otros gigantes para hacerse con el negocio, sea como sea.
Si no puedes con ellos, cómpralos
Google tuvo su momento de tirar las cartas, siendo Android Wear su forma de competir en el mercado del reloj inteligente y fit, algo que intentó mediante la incorporación de su software en dispositivos de otras tecnológicas como Samsung y Motorola, una especie de win-win que parece no haber hecho mucha mella en la comunidad fitness.
Es por eso que, en busca de meterse de lleno en el ecosistema, en 2019 compró Fitbit por US$ 2.100 millones y este 2021 la operación se concretó al 100%, por lo que Fitbit ya es todo propiedad de Google.
¿Hay que preocuparse?
No parece. Google dejó bien claro que la adquisición de Fitibit fue por sus productos, no por sus usuarios, por lo que la firma seguiría manteniendo sus controles de privacidad y seguridad bien guardados y lejos de la gran G.
Si vimos lo que Google puede hacer cuando tiene entre sus manos a gigantes como Motorola, solo es cuestión de esperar y ver qué saca de su galera de inventos con Fitbit.