Con más de un millón de seguidores, la humorista e influencer Mar Tarrés comparte y defiende un discurso de lucha activa contra la gordofobia. De Minas Jodidas, su show más famoso, hasta la creación de su propia marca de indumentaria con propuestas para todos los cuerpos.
InfoNegocios: ¿Cómo fue que comenzaste a construir tu propia marca? ¿Cómo nació Mar Tarrés en las redes?
Mar Tarrés: Creo que todo comenzó cuando murió mi papá, yo tenía 18 años, y desde allí decidí que quería dejarle un mensaje al mundo. No sabía cómo, no sabía bien por dónde iba, pero sabía que estaba relacionado con el cuerpo, la apariencia, con el respeto hacia la diversidad de cuerpos. Mi papá era una persona gorda, pesaba 350 kg, y toda la vida sufrimos como familia mucha discriminación por el tema, muchas burlas, y cuando él murió fue cuando me nacieron a mí las ganas de dejar ese mensaje de la aceptación y la diversidad. Ahí nació, bien o mal, fui aprendiendo ya que no se hablaba sobre el activismo body positive, ni body normal, ni stop gordofobia como hablamos hoy los activistas. Fue todo un proceso que lo fui construyendo de a poco paralelo a mi carrera de humorista.
IN: Claro, porque estás identificada con esa lucha, pero sobre todo con el humor…
MT: Yo quería ser humorista, quería hacer reír a la gente e increíblemente lo logré pero de la peor manera, porque fue llorando. Yo estaba de novia con “Cacho”, que es famoso en mis monólogos. Cacho me deja, me destruye el corazón y me hizo un montón de cosas horribles justo cuando yo venía de una pérdida familiar muy fuerte de un hermano, entonces se duplicaba todo, porque no es lo mismo que te hagan algo cuando vos tenés tu vida dentro de todo normal a cuando perdés un familiar.
IN: ¡Qué mal se portó Cacho!
MT: Fue bastante guacho el Cacho, la verdad… y ahí fue cuando comencé a escribir como modo de catarsis los monólogos de las cosas que él me hacía, pero sin el lugar de la víctima, sino que desde el lugar del humor y lo dejaba a él como un boludo que era lo que a mí me daba gracia y fuerza para seguir. La casualidad fue que me encontré después con muchas mujeres en las redes que les pasaba exactamente lo mismo y dije “es por ahí, hay que darle duro al Cacho”. Y gracias a él viajo por el mundo…
IN: ¿Y él se enojó con vos?
MT: Sí, al principio él estuvo mal, pero yo le dije que era un personaje ficticio y la gente no sabía quién era Cacho, solo él sabe las cosas que hizo, ¡porque él me las hizo! La gente cuando paga para ir al teatro no lo conoce, no sabe cuál es su cara, no sabe quién es, no sabe dónde vive. De hecho Cacho es su apodo, él tiene otro nombre.
IN: Entonces ahí nació Minas Jodidas…
MT: Sí, ahí nació Minas Jodidas, con el Cacho... Empecé a trabajar a la gorra en los bares de Güemes y la verdad que de a poquito me empezó a ir cada vez mejor hasta que me topé con algo que siempre había querido hacer que era modelar, pero obviamente por no cumplir con los estándares de belleza nunca nadie me iba a poder contratar para una campaña. Con Minas Jodidas había veces que me presentaba a la gorra y ganaba solo $ 2, pero cuando comencé a ahorrar un poco más me di cuenta que a esa plata había que invertirla porque este país se va al carajo, y es ahí donde puse mi primer local de ropa.
IN: ¿Paralelamente a eso ibas trabajando en redes?
MT: Exactamente, mi trabajo siempre fue enfocado en las redes, siempre…. Si vos me decís hoy: “Mar, pagá publicidad en el medio más importante de Córdoba para convocar gente a un show o para vender tu marca de ropa”, te digo que no, ni en pedo gasto un centavo en ninguno de esos medios, ni loca. Prefiero invertir en redes ya que es lo que más consume la gente. Capaz en un programa de tele, si la gente que es tu público no lo vio, vos en las redes tenés la manera de segmentar tu público, de poder llegar a tu público y que la gente que te consume te vea. Yo me pregunto cómo hacés para que la gente que consume humor, talles grandes, activismo body positive todos los días a la misma hora se ponga a ver un programa para consumir publicidad… Siento que es imposible. Por eso para mí las redes son como magia. O por lo menos siento que las supe explotar muy bien y entendí que no te sirve de nada llegar al millón de seguidores por querer llegar si tenés un millón de pelotudos que no consumen lo que vos vendés ni comparten tu ideología. Entonces está bueno decir que tengo un millón de seguidores pero de gente que de verdad está acá y le gusta esto porque lo consume, lo banca y lo compra.
IN: O sea que estás en contra de comprar seguidores…
MT: Se puso muy de moda que el influencer, para llegar a más personas y que las marcas lo contraten, compre seguidores, y me parece que no tiene ningún sentido porque en la realidad no lo ves en tus estadísticas. Cuando una marca te contrata para hacer publicidad, como me pasó a mí con grandes marcas a nivel internacional, lo primero que te piden son las estadísticas. Y son las estadísticas las que te cantan la verdad de la milanesa ya que ahí se ve cuánta gente interactúa con tu contenido diario; entonces pienso que no quiero tener un millón de seguidores como un millón de amigos onda Roberto Carlos, yo quiero tener personas que de verdad me acompañen.
IN: ¿Cómo manejás la relación con las marcas? Si viene una marca nada que ver con tus propósitos, ¿la tomás? ¿Cómo la laburás?
MT: La realidad es que cada marca investiga bien a su influencer, salvo que sea una marca inexperta que no tenga idea del tema. Pero las marcas te analizan de arriba abajo, cada posteo, cada historia, cada movimiento que vos hacés para saber si das con el perfil, son ellos los que te analizan a vos primero. Ahora capaz que algún restaurante de acá más o menos chiquito, le habla a cualquier influencer para darles comida de canje por ejemplo, pero Colgate no le va a dar a cualquier influencer. Ya las grandes marcas que pagan muy bien, ellos te estudian a vos.
IN: Entonces no importa si te buscan marcas que no tienen mucho que ver con vos…
MT: Pasa que ellos me buscan por lo que ellos ven que yo hago, a ellos les gusta lo que yo hago y por eso me buscan. Por ejemplo, si me llamaran de algo relacionado con los repuestos de autos que yo no tengo nada que ver, no tengo el público que consuma eso, o cuando me llamaron de una página de apostadores en internet que están haciendo un montón de influencers y te pagan muy bien, el pago de la publicidad es alrededor de US$ 1.000, pero la realidad es que mi público, el 92% son mujeres y esa página siento que está más orientadas a los hombres. Entonces yo fui sincera con ellos, porque no por ganar plata le voy a cagar una publicidad que se la puede dar a otro influencer, le mostré mis estadísticas y les dije que yo no les iba a servir para el trabajo. Pero la realidad es que las marcas siempre te buscan a vos por algo. Colgate, por ejemplo, cuando me llamó para trabajar estaba haciendo una campaña para la inclusión, es decir, querían todos influencers que no fueran la típica 90-60-90. De hecho, en la publicidad en la que salí en la tele, había chicos con síndrome de down, chicos sin una pierna, gente sin dientes, etc. Toda esa campaña fue al revés de lo que Colgate siempre te mostró del estereotipo de la familia perfecta, la mujer flaca, blanca, con ojos azules y la sonrisa perfecta junto a sus hijos y su marido. Y acá vine a parar yo, yo era lo ideal para ellos en ese momento. Lo mismo pasó con Sprite…
IN: O sea que son marcas que te buscan, no que vos buscás…
MT: No, las marcas te buscan. A mí particularmente nunca me pasó de salir a buscar marcas, ellos te buscan a vos.