BIM es el acrónimo de Building Information Modeling o -dicho en español- modelado de información de la construcción. Y dicho directamente en criollo: es el “se acabó” al “lo arreglamos en la obra”, tan típico de una cultura de construcción donde “los melones se acomodan en el viaje”.
Cuando arquitectos, ingenieros y constructores incorporan BIM en sus proyectos, todo se ordena y eficientiza: el diseño cobra vida a tres dimensiones pero más que un “render” bonito (que lo es) cada elemento de esa maqueta virtual es un elemento con información detrás.
“BIM es -sobre todo- una gran base de datos: cada elemento de la maqueta digital tiene detrás datos que sirven para eficientizar el proyecto, los costos, la logística, los tiempos… todo se ordena y se termina la improvisación”, explica Diego Cotsifis, CEO de Voyansi, una empresa cordobesa pionera en esta tecnología.
Pero BIM no solo se aplica a la obra nueva: activos inmobiliarios pueden ser relevados (con tecnología LiDAR de escaneo laśer), luego modelados en 3D y así, una cadena con 100 locales por ejemplo, puede tener todo digitalizado para cualquier intervención: desde el cambio de marquesinas a un rediseño del mobiliario.
De hecho, la Municipalidad de Córdoba ya está implementando este relevamiento digital de centros de salud en un primer paso para pasar a tecnología BIM todos los activos inmobiliarios propios y alquilados.
Aunque BIM es un conjunto de tecnologías y prácticas, la herramienta más utilizada en el mundo es Revit, un producto de Autodesk, la empresa que impuso en su momento el Autocad como estándar para el diseño de arquitectura.
En Córdoba -a instancias de la Municipalidad y Córdoba Acelera- se acaba de lanzar el primer cluster de metodología BIM de Argentina, aprovechando el nutrido grupo de profesionales capacitados en estas herramientas.
Solo la cordobesa Voyansi tiene un plantel de 250 profesionales entre sus oficinas en Córdoba, Buenos Aires, Nueva York, Los Ángeles y Madrid. Pero también son reconocidas empresas como Blend, BSPK, C2 o Incoa entre otras que conforman el incipiente cluster que permite controlar una obra sin ninguna necesidad de estar presente en el lugar de ejecución.
“Con BIM no solo se logran eficiencias en el desarrollo de una obra nueva, sino a lo largo del ciclo de vida de un activo inmobiliario donde sucede el 70% del costo total de una construcción”, añade Cotsifis.
Su empresa tiene amplia experiencia en BIM y un caso práctico poco conocido: el Templo Mormón de Av. Laplace que se realizó íntegramente y al detalle con estas tecnologías donde todo estaba supervisado desde Estados Unidos y cuyo producto final refleja al detalle lo diseñado y presupuestado.